Thursday, May 2, 2024

LOS ECOS DEL PENSAMIENTO

 Alejandro Bovino Maciel

La Fundación Victoria Ocampo, de Buenos Aires, acaba de editar un ensayo del crítico y narrador argentino Osvaldo Gallone acerca de la obra de su connacional, el poeta Luis Benítez. El volumen será presentado en la capital argentina, en el ámbito de la Biblioteca Nacional, en junio del corriente año.  

Acotaciones profanas como metacrítica para un libro sobre los libros de Luis Benítez, poeta

Osvaldo Gallone (1) ha publicado un libro de orden crítico sobre la poética de Luis Benítez (2), titulado Luis Benítez, una poética de la indagación (3). El tema que centra estas indagaciones es el del vínculo cada vez más estrecho entre poesía y filosofía; o si se quiere, entre poesía y pensamiento. Advierte Osvaldo Gallone con Louis Aragon y su Ejercicio de estilo acerca del riesgo de confundir poesía contemporánea con el galimatías que mucha gente ofrenda en el altar del arte creyendo, con exceso de fe, que cualquier combinación verbal legitima un verso, pero terminan finalmente en la papelera de reciclaje del olvido, cuya hambre es antológica.

No.

Gallone, con justicia, recusa estos experimentos y defiende para esta selección la filiación de la poesía con el pensamiento, sin divorcio posible. Ya desde Parménides, Heráclito y desde la aventura de Hesíodo con las Musas, poesía y pensamiento, nos dice, van de la mano. Halla en el uso de la imagen, que hábilmente Luis Benítez convierte en epifanía, la felicidad en esa devolución sistemática que hace el poeta a la densidad del pensamiento puro, aquel que nos otorga luminosidad para advertir detrás de las brumas, el complejo mundo que llamamos cándidamente “realidad”. Apela a Montaigne, ya que, Gallone, autor, utiliza los recursos del ensayo para tentar esa travesía conjetural que explique a medias aquello que está reservado en su totalidad solo en la obra del poeta, en este caso, los libros de poesía que Luis Benítez desde Poemas de la tierra y la memoria (Stephen and Bloom, Buenos Aires, 1980): PTM, luego Mitologías / La balada de la mujer perdida (Último Reino, Buenos Aires, 1983): M / BMP / Behering y otros poemas (Filofalsía, Buenos Aires, 1985): / Guerras, epitafios y conversaciones (Satura Buenos Aires, 1989)/ Fractal (Correo Latino, Buenos Aires, 1992): / El pasado y las vísperas (Universidad de los Andes, Mérida,Venezuela, 1995): / La yegua de la noche (Del Castillo, Santiago de Chile, 2001): YN / El venenero y otros poemas (Nueva Generación, Buenos Aires, 2005): / La tarde del elefante y otros poemas (Ala de Cuervo, Venezuela, 2006): / Manhattan Song. Cinco poemas occidentales (El Final de la Noche, Buenos Aires, 2010): / Les imaginations (L’Harmattan, París, 2013) / Nadie sabe dónde estuvimos (Palabrava Santa Fe, 2021): NSDE.

En esta exhaustiva nómina, que se lee en segundos, pero ha costado una vida escribirla, O. Gallone discierne el claro campo semántico que emergió de un sitio común entre la Filosofía, la Poesía, la Metafísica y la Teología. La separación, didáctica y a la vez litúrgica, sobrevino después, cuando al decir de Robert Curtius (que invoca Gallone) la filosofía se quedó con las respuestas y la poesía, como la profecía, con la afirmación, y después el silencio. Pero la unidad del campo común aún en el medioevo Dante la sostiene afirmando que la Commedia “contiene poesía y también filosofía”. Y Petrarca: “la teología es una poesía que viene de Dios”. Admirablemente documentado, con citas precisas e inteligentes, que rehúsan ser armaduras de una erudición de bibliotecario jubilado, Gallone se ocupa de preparar el terreno para la hermenéutica de la poesía total de Luis Benítez. Basta un ejemplo, que invoca Gallone: cuando se habla den entrecruzamiento de poesía, mitologías y filosofía, en el poema “Sobre Tenochtitlán los antiguos dioses toltecas del viento, la lluvia y la muerte, esperan la llegada de Hernán Cortés, abogado de Cáceres” en uno de sus versos enuncia el poeta:

“Los dioses esperan su muerte de inmortales: / Un mundo debe concluir, entero, para que ellos / expiren su exacta dignidad de las gargantas”.

Creo sin modestia que la obra poética de Luis Benítez reclamaba este lujoso ensayo. Luis ha trabajado silenciosamente año tras año para configurar esa delicada y feroz arquitectura de la posmodernidad que erige su poesía. Una obra de esta calidad abre el camino para compenetrarnos más serenamente en ese misterio que es la poesía.

En estos áridos tiempos para el pensamiento, cuando el consumo ha sido entronizado como supremo dios del mercado, hallar una obra como la de Gallone / Benítez que permita y solicite ese estado de quietud serena para volver a pensar y pensarnos, es una forma de íntima felicidad que nos regocija confirmando que en el mundo “no todo es vanidad” como sospechaban los barrocos.

 

Alejandro Bovino Maciel (4)

REFERENCIAS

(1) Osvaldo Gallone (Argentina, Buenos Aires, 1959) publicó dos libros de poemas ("Crónica de un poeta solo", 1975; "Ejercicios de ciego", 1976), dos volúmenes de ensayo ("La ficción de la Historia", 2002; "Lectura de seis cuentos argentinos", 2012) y cinco novelas ("Montaje por corte", 1985; "La niña muerta", 2011; "Una muchacha predestinada", 2014; "La boca del infierno", 2016; "Un cataclismo silencioso", 2021). Ha recibido diversos premios nacionales e internacionales tanto por su obra narrativa como ensayística.

(2) El poeta, narrador y ensayista Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Asociación de Poetas Argentinos (APOA), de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina (SEA) y del Centro PEN Argentino. Ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales por su obra literaria. Sus 44 libros de poesía, ensayo y narrativa han sido publicados en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México, Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay.

(3) Editorial Fundación Victoria Ocampo, ISBN 978-987-1198-92-4, 104 pp., Buenos Aires, 2024.

(4) El poeta, ensayista, dramaturgo y narrador argentino Alejandro Bovino Maciel nació en la provincia de Corrientes en 1956. Ha publicado 16 títulos de poesía, narrativa, ensayo y teatro en América y Europa. Es director de Palabras Escritas, revista-libro, diálogo cultural entre Brasil e Hispanoamérica, Edit. Servilibro, Paraguay. Es miembro de SAL-REDAL, centro de estudios de la Universidad de la Sorbona, París, Francia.



Sunday, April 28, 2024

Cybernetics with recommendation

 Patrick Phillmore 

 

The virtual city lingers

Encompasses attracts repeals

But not our so to speak totality of being

What a sentence

But, yes

More and more of our sentient life go there

We fly cross traverse slide

A multidimensional realm but

Somewhat lame and dull

There we don’t have our failing bodies and senses

We can build up an image

I could go on forever

But I recommend you to real

Instead some William Gibson



Sunday, April 21, 2024

No está muerto (A lo mejor andaba de parranda)

 Jorge Etcheverry

"No está muerto quien pelea”

Me dijo Martín Fierro

Pero así le fue

Esa frase ha entrado

Al patrimonio de la lengua castellana

(perdón, española)

Entonces uno es un zombi

Por un lado uno parece que está vivo

Pero en cuanto a eso de pelear

Hace ya décadas

Que nos arrellanamos

En nuestros sillones de elección



Thursday, April 18, 2024

“Poética del no-saber o La mutante fragilidad de los entes”: una lectura del libro ‘Habría de abrir’ de Rolando Revagliatti

 

María Rosa Maldonado

 


Y si se abriera, qué habría en el abrir, cuando la condición de abrir va con delicadeza impensada y, sobre todo, sin abrirse?

Decir sin decir o decir para negar. O negar para afirmar.

En todo caso, en estos poemas algo se desliza de su sitio, se disloca. Esa idea, esa que debería abrirse, sugiere un no-mostrar. Sin cerrarse, tampoco se difunde. Susurra al oído el secreto desarreglo de los saberes. Disloca lo que siempre ha estado dislocado. Un mundo creado por el pensamiento. Poco confiable.

Y la dislocación de la idea se corresponde con la dislocación del lenguaje. Lo que estaba aquí, ahora está allá. El predicado se hace sujeto. El sueño, lo real.

“No le enseñaron a denominar sueños / a lo que él tiene”

Los poemas de Habría de abrir implican una forma de búsqueda de la verdad, filosofal, mediante la aceptación y el rechazo del mismo concepto. Cuando lo que muta es el sujeto el mundo muta con él.

No se trata aquí de una reducción al absurdo. El absurdo, tanto como la nada, también son in-ciertos. La dialéctica va y viene entre dos opuestos. La realidad excede toda lógica. El autor no pretende un pensamiento esencialista. No encontraremos por aquí las ideas platónicas. Lo múltiple no hace referencia a lo uno. Simplemente lo que es se manifiesta en la mutante fragilidad de los entes.

El ser humano no está frente a lo pavoroso (ominoso?), pertenece a lo pavoroso. Es su modo de ser-en-el-mundo.

“Ni me asomé / y mucho menos me caí // Mi pertenencia a él / y en él mi residencia ininterrumpida”.

Encontramos en estos poemas de Revagliatti expresiones o frases, como ya indicamos, que contienen o implican contradicciones. Y la afirmación persuasiva de un no-saber.

Este no-saber es un planteamiento de ruptura con respecto al “saber” establecido por el sistema que se rebela como vacío o preñado de ideología. El autor aconseja:

“Que no lo diga todo / que se cuide // que todo lo que diga / sea lo no todo / que podría decir // y sea lo no todo / que podría / diciéndolo / no decir”.

He aquí un disimulador. Pero qué es lo que disimula? O lo que no disimula al disimular. Lo que Habría de abrir, abre una estética original y persuasiva: La ironía, disimulo o ignorancia fingida, expresa algo muy distinto o incluso lo contrario de lo que se dice o escribe, oposición entre el mensaje aparente y el que el autor pretende transmitir. Pero para que se esclarezca el sentido del sinsentido hace falta compartir implícitamente una serie de valores o conocimientos. Un modo de participar en la búsqueda.

“Llegaré hasta donde / no hay más // No lo cubriré / sin embargo / todo // No lo sepultaré.”

Queda para el lector la reconstrucción de lo abierto en lo que aparece como cerrado, leer más allá de las palabras. Ese es el poema.

 *‘Habría de abrir’, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 108 páginas, septiembre 2023.

 


Sueños de Goya/pesadillas del Goyo

 Jorge Etcheverry

Fue en esos tiempos de las visitantes, esas mujeres chicas que el mismo Goyo decía habían aparecido de repente y que no se sabía si eran extraterrestres o ya estaban entre nosotros desde tiempos ancestrales, pero que sí tenían un enorme e imprecisable poder del que muy pocos eran conscientes. Eso decía antes de que empezara a tomar la pastilla. En una de esas sesiones y controles médicos a que yo también asistía por una condición temporal fue donde conocí al Goyo, un artista latinoamericano llegado hacía algunos años que se había obsesionado con cierto tipo de arte, el de Ensor, Bresdan, Redon, Bosh, Brueghel, las ciudades perplejas de Piranesi, las tiras cómicas de Druillet (que fue el que hizo el póster de Quest for FIRE, cuyo estreno tuve la suerte de ver en París hace bastantes años), Gigier, que concibió el Alien de la película homónima, pero sobre todo con los sueños de Goya, claro que esta obsesión era parte central de su cuadro clínico (así se dice). A veces tenía pesadillas de las que se despertaba gritando y bañado en sudor. Otra veces no podía dormir nada, y se pasaba la noche haciendo dibujos y pintando, con bastante talento, pinturas inquietantes, una de las cuales me regaló, bastante impresionante, pero que en ese entonces yo ponía dada vuelta contra la pared. Ahora ya no me afecta tanto.

Por supuesto que no tuvo éxito en sus intentos de conseguir plata con los organismos de financiamiento de las artes que no voy a nombrar, ya que alguna vez espero que me suelten algunos morlacos por estos textos que gentilmente me publica en esta página mi amigo Jorge, él mismo un poco aficionado a la plástica. Pero sus frecuentes solicitudes, así como sus diligencias para una exposición se topaban con las limitaciones de lo que en estas latitudes se considera como arte, pocas y claras ideas centrales que no confundan y que puedan ser agarradas al vuelo por cualquier espectador ocasional (un poco lo que llaman ‘arte conceptual’), buenos materiales, caros, una ejecución limpia, con colores si se puede brillantes. El Goyo concedía, eso sí, que se estaba produciendo una revolución de las artes decorativas en Canadá. Entonces, ya más tranquilo se instaló un blog donde pone sus cosas, con bastante éxito en otros países, aunque no le reporte platas. Y así ahora que puede tomarse una que otra vez su cerveza se viene a veces a este restaurancito con otros miembros de esa fauna a quienes les digo que siempre pregunten por mí cuando llegue, aunque ya me hayan visto, para que me sigan aceptando con la premisa de que les llevo clientes.

Así es el Goyo como llega a veces con la Guagua que ahora ya no trabaja de estriptisera sino que en un restaurante de Hull bastante bueno, donde es la única parte de la ciudad donde he podido comer un filet mignon de cheval y donde ella dice que hace más plata en propinas de lo que sacaba empelotándose. Y junto con ellos viene también un escritor, poeta, prosista, crítico, cronista, que ha incursionado en el cine, la traducción, la enseñanza, la plástica, la edición y la política, multifacético personaje al que le dicen “el mosca”, por que las moscas tienen ojos multifacetados y que el otro día nos trataba de explicar la antipoesía, que según él se trataba básicamente de una cosa de contexto y salió con este ejemplo. El dicho tan común “ni corto ni perezoso” es bastante universal en la lengua castellana. Pero si le ponemos un título ‘x’ va a cambiar, se va a “recontextualizar” como decía él, en otro cosa totalmente diferente, a saber:

El miembro ideal

Ni corto
Ni perezoso


Y lo pongo a manera de ejemplo, aunque pueda ofender, aprovechándome quizás de los últimos momentos de libertad de la internet, que el director de esta página dice que tiene los días contados. Se dice que este poema ya había sido difundido, y con bastante interés, por los miembros del taller Filorte, que se autodefine en su mandato como “una organización cultural de base de afirmación genérica masculina” y que pretende defender a sus miembros del --para ellos-- opresivo feminismo en Norteamérica. Bueno. Sin comentarios. Y me olvidaba de decirles que el poema que sirve de epígrafe a esta nota también es del mosca.

 

LOS ECOS DEL PENSAMIENTO

 Alejandro Bovino Maciel La Fundación Victoria Ocampo, de Buenos Aires, acaba de editar un ensayo del crítico y narrador argentino Osvaldo G...