Saturday, November 30, 2019

Grimorio con nueve


Jorge Etcheverry



Abra el grimorio
Libro maldito
que usaron brujos
por cientos de años
lujo librero
o vejestorio
Libro de daño
Cuyos autores
más connotados
Van al infierno
no al purgatorio
ese que antaño
ideó  San Gregorio
ahí aparece
con gran jolgorio
el número nueve
por dos dieciocho
uno más ocho
da nueve
y así seguimos
con esta tabla
si dos más siete
también da nueve
y tres más seis
cuatro más cinco
y cinco más cuatro
otra vez nueve
 y aquí paramos
sigan ustedes
afuera llueve

Tuesday, November 26, 2019

Esa foto de Greta.


Jorge Etcheverry.



Levanto mis ojos por un momento de la rabia y consternación de lo que sucede, no tan solo en mi país, sino en gran parte del mundo, para hacer una afirmación tan cierta como polémica. Greta Thunberg estuvo en Yukón, en 1898, según esa foto que acaba de aparecer en los medios, y que es más o menos cuando se pierde su rastro en Europa. Esto último lo sé por una fuente tan envidiable como indifundible. Lo envidiable, porque ¿hay algo más envidiable que la encarnación misma de lo que uno siempre quiso y no puede ser?. Aunque la palabra “siempre” en mi caso, es más una metáfora. No así para otros. Lo indifundible porque esa misma persona, si así se la puede llamar, me ha hecho prometer discreción absoluta. En muchos casos, se dice que maestros, profetas, etc., no mueren o son arrebatados o perviven como José Bálsamo y Cagliostro, que aparecen como personajes en las novelas de Dumas, ese gran cronista de su época. O el Conde de Saint German, o Ahasverus, el judío errante. Quizás en la raíz de todo lo espiritual haya un deseo de sobrevivir, de alguna manera. Mis muy lejanos devaneos con organizaciones iniciáticas, ocultistas, como se llamen, o personales, terminaron cuando caí en la cuenta de que lo que me interesaba era la inmortalidad literal y los poderes extraordinarios concretos. Un poco fáustico, demoníaco y troglo a lo mejor, quizás respecto a la gente de mi familia, bastante longeva pero con la cabeza muy sólidamente puesta sobre los hombros, a pesar de los casos de esquizofrenia que se dan uno por generación. Y volviendo a los maestros, se suponía que su trabajo espiritual debería repercutir en la duración física, pero parece que en los contemporáneos, excluyendo a esa persona a la que me refería en el comienzo,  no se da este caso.

Sunday, November 24, 2019

Ctulhu pide la salida de Piñera

Jorge Etcheverry

El verdadero poder
de este país faja de montañas
dilatado en costas
y cuya vasta
batrácia descendencia
vive entre nosotros
camuflada en nuestras ciudades
sueña en su ciudad submarina de R'lyel
que está frente a Coquimbo
y dice
Ph'nglui mglw'nafh Piñera
Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn
Piñera Piñera



Thursday, November 14, 2019

Poemas de Ana Romano


Ana Romano

Desconcierto


Atónita
la sangre derramada
Las súplicas
extravío
y el esfuerzo
mezquino
Ante el hombre dormido
sacudo la anestesia.


Declive

Aúlla
crece
reclama
Dudosos
se desparraman
desde
donde
afloran
Con su efímero resplandor
la ilusión se recluye
Y apaga.


Contrasentido

Licencia
que encabeza
la arbitrariedad
Preludio
que amedrenta
la recuperación
Creencia
que evoca
el orgullo

Mutila
los cuerpos
el sicario
Domina
la soberbia
las vestiduras

El cíclope
agrupa
el instrumental
Desnudo
el nódulo
mendiga.

Tuesday, November 12, 2019

“Siempre que se escribe se convoca a alguien”


Rolando Revagliatti/Guillermo Fernández


Guillermo Fernández responde “En cuestión: un cuestionario” de Rolando Revagliatti


Guillermo Fernández nació el 23 de noviembre de 1951 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, capital de la República Argentina. Es Profesor de Lengua, Literatura y Latín, egresado de la Escuela Normal Mariano Acosta, en 1985. En 2008 concluyó sus estudios de posgrado como Magister en Ciencias del Lenguaje, título otorgado por el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González. Ejerció la docencia en los niveles medio, terciario y universitario. Ha desarrollado la investigación académica en el área de sociolingüística y especialmente en temas vinculados con la variación sintáctica. Colaboraciones suyas fueron difundiéndose, entre otros medios, en las revistas españolas “Universos” y “Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana”. También participó en congresos de la especialidad. Publicó el libro de cuentos “Sólo razones” (2005) y las novelas “Nadie muere en un bello día” (2010), “El cielo de Lucy” (2012), “Polonio espía detrás del cortinado” (2016) y “Demonios en Jeppener” (2018).


1: ¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se trataba?

GF: Era joven. Fue una poesía de malevos y cuchillos. Todavía la impronta borgeana me invadía. Fue una herencia de mi padre, gran admirador de Jorge Luis Borges. En su biblioteca contaba con una carpeta llena de recortes de diarios sobre entrevistas realizadas a Borges.  


2: ¿Cómo te llevás con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?

GF: Siempre las tormentas y la lluvia me generaron intimidad. La sangre me valió siempre para incluirla en mis relatos, plenos de seres marginales. Supongo que fue William Shakespeare quien me estimuló. La velocidad para mí está vinculada con la fluidez de la sintaxis. La contrariedad es la necesaria para el desarrollo de mis personajes. 


3: “En este rincón” el romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro rincón”, por ejemplo, William Faulkner y su “He oído hablar de ella, pero nunca la he visto.” ¿Tus consideraciones?... 

GF: Más joven creía en esa escena muy de Gustave Flaubert. Hoy creo en el ejercicio, en la práctica. El oído es otra forma de visión mucho más sugestiva que la vista. Me interesa leerme a mí mismo, con esa voz interna que pide la relectura. En síntesis, la inspiración es volverse un sonido privado y solitario. 


4: ¿De qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?

GF: Los textos son meros avatares. Para citar como ejemplo: Edgar Allan Poe y Pascal Quignard. De Poe aprendí el clima de la imposibilidad y, en algunos casos, lo irremediable. En ese caso, texto y vida fueron de la mano. De Quignard, su respeto a la soledad, al silencio. También su vida es un retiro continuo. 


5: ¿Lemas, chascarrillos, refranes, proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?

GF: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos.” Para mí es el más significativo. La vida es acción constante. La única forma que poseemos para hacernos “ver” es desplazarnos en el ejercicio, en la práctica. La escritura es un deslizamiento del sonido sobre renglones. Siempre que se escribe se convoca a alguien. 


6: ¿Qué obras artísticas te han —cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has quedado, seguís quedando, en estado de perplejidad?

GF: Entiendo, como amante de lo clásico, que Antígona”, de Sófocles, resume toda la obra literaria. El encuentro con Creón sacude por la terrible actualidad, como explicaría Italo Calvino en “Por qué leer los clásicos”. También, en la significatividad de Antígona sigo el texto “Antígonas. La travesía de un mito universal por la historia de Occidente”, de George Steiner. En esa dirección que señaló Sófocles, los parlamentos de Bruto y de Marco Antonio, en la tragedia “Julio César”, de Shakespeare, exponen el movimiento dialéctico y los argumentos seductores a los que la política nos acostumbró siempre. 


7: ¿Tendrás por allí alguna situación irrisoria de la que hayas sido más o menos protagonista y que nos quieras contar?

GF: Mis olvidos son frecuentes. He dejado llaves en cualquier lado y he tenido que recurrir a que me auxilien. En una ocasión tenía turno con el odontólogo. Llamé a mi hija para que me trajera su propio juego de llaves. En el momento en el que subo al taxi para llegar a la entrevista, advierto que las tenía en el bolsillo de atrás del pantalón. Igualmente, tuve que pedir un nuevo turno. Indefectiblemente, llegué tarde. 


8: ¿Qué te promueve la noción de “posteridad”?

GF: Todo lo que sucede después de esta línea de escritura. Creemos con ingenuidad que estamos en el presente, pero no es más que ilusión pasajera. Avanzamos con una cierta furia hacia lo que todavía no determinamos con certeza. Atrae lo que no programamos. 


9: “¿La rutina te aplasta?” ¿Qué rutinas te aplastan? 

GF: La consulta al médico. Los estudios, el diagnóstico. Además, nunca entender la letra con la que los profesionales prescriben la receta. No creo en la medicina. En mi novela Nadie muere en un bello día” (2010), el personaje central, Alfredo Arecha, vive esa situación de angustia frente a los designios, disfrazados de probables, de los doctores. Como citaba Borges: “La salud es un estado precario”


10: ¿Para vos, “Un estilo perfecto es una limitación perfecta”, como sostuvo el escritor y periodista español Corpus Barga? Y siguió: “…un estilo es una manera y un amaneramiento”.


GF: El estilo es una limitación, un condicionamiento. Opino que se debe mantener una marca personal en la escritura. Ahora bien, ese rasgo propio, nunca puede ser discusión con otro autor. 


11: ¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te despiertan algún grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan instantáneamente? 

GF: La injusticia me indigna. Pues la falta de posibilidades me parece arbitraria y contraria a lo que denominamos “prójimo”, “el otro”. En segundo lugar, y siguiendo tu pregunta, la falta de razón, cuando es evidente y se persiste en ella. Y, finalmente, los discursos vacíos y pretendidamente intelectualosos me superan. 


12: ¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías con nosotros?

GF: Las que me escribían mis abuelos cuando se iban de veraneo a la costa. Yo me quedaba con mi padres. Me alegraba la foto de la playa, el sello, la letra prolija de mi abuela, quien escribía como si lo hiciera en un renglón ficticio. Y, por supuesto, el saludo, indicando que estaban siempre presentes aunque lejos. Después, con el tiempo, me percaté de que las distancias son excusas para estar juntos. 


13: ¿En los universos de qué artistas te agradaría perderte (o encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?

 GF: Leer a Pascal Quignard es perderme, por un lado, en la resonancia de sus palabras, sus frases, su contundencia. Es disfrutar de leerlo y releerlo. A Quignard lo encuentro en la música barroca, en esas cantigas españolas que dirigió con maestría Jordi Savall. Me hubiera encantado haber sido compatriota de Juan José Castelli en La revolución es un sueño eterno”, de Andrés Rivera. Alguien que colaborara con él en la confección de sus cuadernos. 


14: El silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las sorpresas, la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te resultan? ¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio, orientación o sentido?

GF: El bullicio que se produce apenas comienza la mañana, con el transporte y los autos me ensordece. Las caras de angustia por la falta de tiempo para llegar a alguna parte, casi siempre la misma (creemos con ilusión que nos desplazamos), me resultan patéticas. Ver en el andén del subte la sorpresa por la llegada del vagón se asemeja a la cara de satisfacción de los chicos cuando desenvuelven un caramelo regalado. La llegada tarde, el subir de a dos los escalones de la escalera mecánica replican la desolación de los pasajeros. Pero mi tristeza es completa cuando percibo el desconsuelo en la espera del colectivo en todo lo que significa regresar de noche, la intemperancia por subir primero para encontrar asiento y desplazarse lo más rápido posible para llegar al hogar y toparse con el fervor de la espera. Por fin, el viaje y la vuelta a la casa es un camino que no hace más que reconocernos como humanos. 


15: ¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?

GF: A Jorge Luis Borges por todo lo que significa comprender “El informe de Brodie”, por el sarcasmo que implica revisar la consabida antinomia civilización y barbarie en la historia y literatura argentina. Julio Cortázar apeló a la mordacidad al pintar a la clase media en casi toda su obra cuentística. A Roberto Arlt lo incluyo como un autor que se valió del ingenio y también de la acrimonia. Y, por fin, es necesario acudir a Macedonio Fernández para referirnos a la sorna y a la causticidad.


16: ¿Qué apreciaciones no apreciás? ¿Qué imprecisiones preferís?...

GF: En cuanto al arte en general no acuerdo con las ideas subjetivas de los lectores sobre las características de los personajes cuando apuntan solo a opiniones ya estigmatizadas, que forman parte de los criterios comunes instalados. Por el contrario, recurro a las imprecisiones que están asociadas a crear polisemia en los lectores.


17: ¿Viste que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora o valora poco, y que en otros casos valora a personas que no quiere? ¿Esto te perturba, te entristece? ¿Cómo “lo resolvés”?

GF: Considero que si los humanos contamos con una posibilidad, es la de no quedarnos fijos con un carácter, con una situación que merece revisarse. El valorar, para mí, está en eso de rescatar lo que a veces permanece oculto y aflora en la mejor de las oportunidades. Me entristece que muchas veces nos detengamos en la superficialidad y no pensemos en retrotraer las situaciones adversas. 


18: ¿El mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”?

GF: Hay que sobrellevar la adversidad. La escritura es un remedio. Jorge Semprún escribió La escritura o la vida”, justamente para buscar una salida a su cruel deportación en el Buchenwald.


19: Por la fidelidad y entrega a una causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los tiempos y de todos los ámbitos) te asombran?

GF: Generalmente me atraen los antihéroes. Un ejemplo: John Williams [1922-1994], el autor de la novela “Stoner”.


20: ¿Qué te hace “reír a mandíbula batiente”?

GF: Actualmente, muy poco. Sonreír es otra cosa. El actor y director de cine Terry Gilliam puede ser un referente. También me he reído mucho con Carlitos Chaplin con todas las situaciones grotescas creadas. 


21: ¿Cómo afrontás lo que sea que te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos o metas, lejos de lo que para vos constituya un ideal?
GF: Procuro conducirme con metas. Sobrellevo de esta manera la vida. Durante el proceso de llevarlas a cabo hay momentos en los que me atormento. Pero la conclusión es formidable. 


22: El amor, la contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando con esos tópicos?

GF: Son pasatiempos para evitar el aburrimiento de la vida. En lo que concierne al amor, consiste en armar, en lo posible, momentos con otro. Contemplar es una condición vital para el arte, y sobre todo, acaso, en la escritura. El dinero es recurso para el logro de objetivos. Viajar, por ejemplo, me apasiona. De esa manera, he conocido y he escrito sobre lugares impactantes. La religión y la política son dos maneras de acompañar en vida al prójimo. 


23: ¿A qué obras artísticas —espectáculos coreográficos, films, esculturas, música, pinturas, literatura, propuestas teatrales o arquitectónicas, etc.— calificarías de “insufribles”?

GF: No me agradan las copias vulgares. Y me sucede respecto de todas las expresiones estéticas. 


24: ¿Qué calle, qué recorrido de calles, qué pequeña zona transitada en tu infancia o en tu adolescencia recordás con mayor nostalgia o cariño, y por qué?...

GF: La avenida Rivadavia, el Parque Rivadavia y los coleccionistas de estampillas, monedas, discos…, los domingos, en nuestra ciudad de Buenos Aires. Pero, sin duda, recorrer Siena, perderme en esa ciudad de la Toscana italiana es toparme conmigo mismo. Me ocurrió también en la ciudad de Ragusa, en Sicilia. Calles sinuosas que no terminan sino en la sombra que proyectamos en las paredes. 


25: ¿Cómo reordenarías esta serie?: “La visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. Digamos que un reordenamiento, o dos. Y hasta podrías intentar, por ejemplo, una microficción.

GF: Me detengo en el bosque ya anoche. Veo algo que no distingo. Creo que son hombres que danzan como un rito tribal frente a una miniatura de barro. Me acerco sin ser observado. Le hablan en una lengua que el hombre de barro silencia, pero saben que va a ser sacrificado en el fuego. Entre ellos se señalan como para manifestar lo que piensan. Pero lo verdaderamente auténtico ya lo decidieron. Van a confirmar lo que los años denominaran azar: la muerte del hombrecito es solo un desajuste para que alguien de la tribu viva. La ciudad queda lejos porque no sufre por víctima.” 


26: “Donde mueren las palabras” es el título de un filme de 1946, dirigido por Hugo Fregonese y protagonizado por Enrique Muiño. ¿Dónde mueren las palabras?...

GF: Donde empieza la música. La idea es que la verdad se continúa. Desde luego, las palabras son sonido, y para la poesía y la prosa cuidada, poesía. Solo un ejemplo de lo que indico: la obra de Marguerite Yourcenar.


27: ¿Podés disfrutar de obras de artistas con los que te adviertas en las antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?

GF: Mario Vargas Llosa. Actualmente prefiero leerlo y no escucharlo. Está dotado de una prosa singular que supera sus convicciones políticas. Leer textos muy proclamativos de posiciones políticas me cansa. La pancarta tiene que ocupar otro sitio. 


28: ¿Cómo te cae, cómo procesás la decepción (o lo que corresponda) que te infiere la persona que te promete algo que a vos te interesa —y hasta podría ser que no lo hubieras solicitado—, y luego no sólo no cumple sino que jamás alude a la promesa?

GF: Intento evitar esos vínculos. La escritura me ha otorgado la posibilidad de intuir, como lo hago con mis personajes. Entonces, me acostumbro, no sin dolor, a la frustración. De alguna manera, planifico en la construcción de mis protagonistas aquello que después alcanzo a ver en mis relaciones. 


29: No concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admirás?

GF: Para mí lo estético cubre todo. El arte contribuye a que pensemos con diferencias, que no seamos tan singulares. Por eso es que me resulta difícil contar con un referente fuera de ese campo. Sin embargo, Sigmund Freud ha logrado imbuirse en el arte y la ciencia. Por eso es un paradigma. 


30: ¿Tus pasiones te pertenecen o sos de tus pasiones? Pasiones y entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general, distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?

GF: Mi edad me va convirtiendo de a poco en un apasionado con mesura. Una vez dije que mis textos son “encastres”. Mi deseo recorre ese camino. Pongo mi pasión en tratar de ligar voluntades, acontecimientos que parecen en un punto inconciliables. No creo que nos apoderemos de nuestras pasiones. Ellas están en una esquina, de noche, y solo nos esperan. No queda otro remedio que sojuzgarnos a su capricho. 


31: ¿Qué artistas estimás que han sido alabados desmesuradamente?

GF: Generalmente la crítica es despiadada y el mercado, las editoriales también hacen lo suyo. Un ejemplo es Milan Kundera, que cumplió su etapa en ser leído. Había marcado un imperativo cultural en el que era necesaria su lectura. Otro caso fue Aleksandr Solzhenitsyn. 


32: ¿Acordarías, o algo así, con que es, efectivamente, “El amor, asimétrico por naturaleza”, tal como leemos en el poema “Cielito lindo” de Luisa Futoransky?

GF: Es imprescindible que sea así. Así hallanos la complementariedad vital con el otro. Es terrible que nos gusten las cosas con la misma dimensión. Hay algo inacabado con el otro que enriquece la relación. 


33: ¿El amanecer, la franca mañana, el mediodía, la hora de la siesta, el crepúsculo vespertino, la noche plena o la madrugada?

GF: Sí se trata de elegir por el hecho de sentirse cómodo escojo el amanecer. Es el momento de apertura. Además convivimos con la certeza de que seguimos con vida. El crepúsculo es la hora de los demonios, el lapso en el que nos habitan los peores instintos. 


34: ¿Qué dos o tres o cuatro “reuniones cumbres” integradas por artistas de todos los tiempos y de todas las artes nos propondrías?

GF: Sueño con un importante evento que se denominaría Encuentro con la Imagen. Constaría de dos paneles:


1. La propuesta de “Zama”:

Lucrecia Martel, Antonio Di Benedetto y Mauricio Kartun

Moderadora: Beatriz Sarlo


2. La imagen como sustitución del lenguaje:

Peter Greenaway, Orson Welles y Pascal Quignard

Moderador: Roland Barthes



35: Seas o no ajedrecista: ¿qué partida estás jugando ahora?...


GF: Peón cuatro Rey. Me considero Peón. 


*

Cuestionario respondido a través del correo electrónico: en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Guillermo Fernández y Rolando Revagliatti, noviembre 2019.


www.revagliatti.com




Thursday, November 7, 2019

..."Doña Domitila, la bruja vegetariana", de la brujilda Nieves


Nieves Fuenzalida

..."Doña Domitila, la bruja vegetariana", de la brujilda Nieves.

Nuestra bruja vegetariana, Doña Domitila... encargada del jardín y patio de  palacio...prepara su famoso pastel brujil relleno con...900 gramos de palabras sucias... lavadas al amanecer y tendidas en el cordel fragante que sostiene al Universo ...7 gotas de elixir magico secreto....y ...3 metros de carcajadas... jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...amarillas... que pone en su horno de la marmita eléctrica...que se demora 13 horas... dependiendo si el día está nublado o no... y si los fantasmas morados bailan rock con sus sábanas de vientos de norte... Cuando ya esté cocinado...lo llevará a su Aquelarre de las 6 de hoy...  para comerlo con sus colegas...sentada en una esquina del círculo  brujil !!!


"Trick a threat"="Truco o amenaza" ...niños "mendigando" dulces ? !!!

Amor+Love+Amour+Brujas !!!
La abuela  Antigua Azul... que tambien es media bruja.
31/10/2019.



Monday, November 4, 2019


Acabo de mundo


Jorge Etcheverry.

...el autor de la nota me decía en su email que una entidad que él prefiere llamar Cristo para dar a los lectores algo a qué atenerse (la descripción adjunta de esta figura de un dorado cobrizo borroso, con varios conjuntos de brazos y alas parece más un dios hindú) se le había aparecido en sueños para decirle en resumen que si se acababa el mundo ahora era cosa de él, que ellos en todo caso lo iban a postergar para el 23 de octubre porque sabían que el 22 era su día. En los sueños uno no muestra ninguna sorpresa. (Tampoco cuando uno está muerto de curado, me atrevería a agregar). La apariciónporque ahora se trataba de una imagen tridimensional pero que daba la sensación de una proyección, de un holograma—le dijo casi desde el techo, suspendida en el aire y bloqueando la poca luz que entraba por la ventana: “mira, lo que pasa es que en vista de una cosa que pusiste hace harto tiempo en un blog sobre el transporte instantáneo* a través de no importa qué distancias, nos parece que por lo menos tú te estarías acercando a vislumbrar algunas cosas sobre este universo tan material como maleable, algunas cosas que ni nosotros nos atrevemos a llamar leyes, para no estar haciendo afirmaciones gratuitas sobre la existencia o no de lo que se llama (ustedes llaman) universo. Entonces se nos planteó el dilema de si era correcto aplicarle el borrón y cuenta nueva a este planeta y a sus primates cuando parece que uno estaba al borde un descubrimiento bastante notable—no te ofendas por lo de primate, estoy hablando en términos estrictamente materiales, biológicos, etc. Bueno, decidimos que por ahora no. El 21 de octubre vamos a aparecer en todas las pantallas para darnos a conocer, así como a la fecha del fin del mundo del 23, ya que el 21 es tu cumpleaños y a lo mejor quieres celebrar y al día siguiente vas a estar con la mona. Porque es a ti a quien le va a tocar decidir si acabamos el mundo o no, o si le damos una prórroga, por otra cosa que citas por ahí **. Para decidir eso tienes que estar muy despejado, lo ideal sería que durmieras bien la noche del 22, pero sin tomar pastillas para dormir, porque te dejan un poco atontado todo el día siguiente”.

     Él me dijo que la entidad, que parece que también tenía una cola, y unos como cachos, pero no como el diablo tradicional, sino como de luz, onda Moisés, le había dicho prácticamente “aquí te las traigo Pedro”. La decisión de acabar el mundo iba a ser suya, dependiendo de cómo viera las cosas. O podía decidir que se acabara justo cuando él se muriera, lo que lo ponía en una situación difícil, ya que tenía parientes y amigos, pájaros y gatos y no le gustaría que se murieran todos ellos cuando él se muriera. Por otro lado, —me dijo—, en una de éstas se salvaba el mundo si se ponía en práctica una agenda que él estaba confeccionando y que le iba a tratar de entregar a los dirigentes de los países más importantes, y que estaba seguro que así iba a detener los procesos que llevaban a la condena de la tierra: al ver esos puntos y la intención generalizada de llevarlos a cabo, esa entidad, o quienes representaba, iban a concedernos una prórroga. Que a lo mejor se prolongaba unos milenios. O en el mejor de los casos, a lo mejor incluso sacaban a la Tierra de la lista negra. Él no estaba muy seguro de la procedencia de esos seres, si se trataba de dioses o de extraterrestres, lo que a lo mejor era lo mismo, si uno le creía a algunos documentales que había visto en el History Channel, que en realidad miraba para puro entretenerse, ya que no creía en esas cosas. “En todo caso, si se trata de extraterrestres me pueden dar una manito con sistemas de detección, rayos láser, multitud de procesadores de información, armas infalibles de destrucción selectiva, todo nanotecnológico, que se pueden emitir desde las naves espaciales como nubes de partículas que se repartirían en la atmósfera cubriendo el planeta y operando para hacer cumplir esta agenda que encargaron. Pero quizás, y para la cosmética de todo el asunto, ya que los rituales y los mitos son tan importantes, pueden menor desplegar armadas de robots humanoides, perfectos, de aleaciones tornasol, para que los vea la gente, sino no nos van a tomar en serio”.

     En caso de que se tratara de dioses, o de un Dios, y también un poco para la galería, quería Tronos y Dominaciones de ángeles de preferencia femeninos, de un color cobrizo, con físico entre hindú y gitano, que lanzaran rayos con la punta de los dedos como Zeus, o provocaran huracanes, o pudieran petrificar a la gente en piedra o incinerarla con la mirada, etc. Y unos dragones de diverso tamaño y apariencia, para imbuir en las masas temores ancestrales. La agenda que iba a proponer en realidad no era nada nuevo, justicia social universal, igualdad étnica y genérica mundial, equilibrio de la población, respeto al medio ambiente, supresión de la explotación del hombre por el hombre, etc., todas cosas siempre presentes en casi todas los programas de no importe qué agencia y partido progresista que se respete, por lo menos los laicos, que de los otros ni hablar. Para terminar me dijo que se sentía honrado, que siempre había pensado que la tarea de salvar al mundo se la iban a dar los poderes x—o quizás la historia misma—a algunos de los varios millones de poetas que hay en el planeta, ya que siempre había estado de acuerdo conmigo y con Huidobro en que el poeta es un pequeño dios.



Notas




* “La teoría va más o menos como sigue: al atravesar cualquier distancia, digamos un milímetro, y si, como afirmaba, el espacio es infinitamente divisible, se está atravesando un infinito si se trata de un micrón, la milésima parte de un milímetro, o de, digamos, 4.500 kilómetros, o años luz (poco menos de diez billones de km.), ya que un infinito es equivalente a otro, o más bien son el mismo, ya que no hay subsunciones ni jerarquías entre infinitos. No funciona eso de que hay infinitos que son más infinitos que otros, de la misma manera como no hay diferentes puntos o lugares, que al estar situados en el espacio son también infinitos, y por lo tanto uno.

De ahí que esta nave espacial particular esté diseñada para soportar la atmósfera fiera de este planeta, y en gran parte está constituida por el amplificador de ondas mentales AOM--que nos perdonen los tibetanos--, que es el verdadero y  único sistema de movilización, ya que desde Vasiliev en los sesenta y setenta del siglo veinte se barruntaba el carácter de alguna manera material de las transmisiones u ocurrencias de la telepatía y la telequinesis, y se había barruntado la verdadera condición del espacio. Los matemáticos de a bordo se encuentran entre las mentes más brillantes del planeta, y ellos son los que, con ayuda de equipos sofisticadísimos, determinan las coordenadas. Luego viene mi papel. Yo soy, por así decir el piloto de a bordo. Dadas mis habilidades plásticas--en mi juventud practiqué con años y apasionamiento casi todas las formas de las artes plásticas y gráficas--y poéticas, que han valido galardones cuya obtención siempre me asombró un poco, tengo la función de imaginar, con ayuda de ciertos estímulos químicos muy sutiles, de sentir y patentizar, no la trayectoria ni el punto de origen, sino y luego de ingente esfuerzo, de intuir fugazmente, y de manera tan transitoria como no transmisible, ese espacio que nos permite la simultaneidad, o mejor, la coexistencia con cualquier otro punto, en este caso las coordenadas marcadas en líneas luminosas en una pantalla negra al frente mío”.




** “Luego venía una enumeración de factores y fenómenos que ya eran lugares comunes, ante los que quizás el lector iba a suspirar con resignación, sin por eso interrumpir la lectura: el calentamiento global, la desaparición de la capa de ozono, la contaminación ambiental, la incapacidad de los gobiernos de los países tanto desarrollados como en desarrollo para frenar el industrialismo, la preponderancia mundial de la economía de libre mercado y el fracaso de la Stasis (cero crecimiento económico, cero aumento de la población), el descrédito en que había caído el movimiento después de sus sanguinarias y catastróficas acciones directas en Brasil, Norteamérica y el Japón”.

La poesía de Claudia Ainchil

  Luis Benítez   La poeta, escritora y periodista argentina Claudia Ainchil nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.  Libros de poesía p...