Tuesday, May 17, 2022

Hemisferios

Jorge Etcheverry

Los humores recorrían las venas y arterias, impregnaban los tejidos de este protagonista, incluso su cerebro mismo. Su piel respondía a las variaciones de la humedad ambiente y llevaba ese mensaje a las terminaciones nerviosas ellas mismas viscosas hasta el instante y lugar mismo de la sinapsis con otras como ellas, donde por un instante florecía la energía eléctrica, pura y seca, luminosa, antes de perderse otra vez en ese miasma acuoso que identificaba ese ser con la otra infinidad de la vida a la postre marítima.

Un científico premunido de todos los adelantos y avances de la ciencia en un laboratorio intocado por las múltiples guerras debido a su auspicio por un consorcio de las mismas corporaciones que financiaban el armamento de las facciones en lucha y que a través de intermediarios les vendían productos de diversa sofisticación y poder de fuego infirió que ese momento electrónico era el que señalaba el nacimiento del espíritu.
En otro extremo del planeta el artista urbano no concilia el sueño pese a dos masturbaciones, la lectura de viejos comics, dos cigarrillos y unas uvas, y se plantea dos interrogantes ¿es acaso el despeñadero de la historia contemporánea eso que aparece en las pantallas, chicas y grandes, y se desbarranca en multitudes sin fin de fanáticos que enceguecidos por la religión se desmiembran, crucifican y decapitan entre sí, avizorando allá en lo alto multitudes de vírgenes, ríos de miel y leche? ¿O pasa simplemente que él va a tener que decidir que el único libro que lo puede entretener o divertir es ése que va a tener que escribir él mismo, pero que nunca podrá publicar?

Wednesday, May 11, 2022

Poemas de Ana Romano

 

De un circo

En los trapecios
la peregrinación de los ácaros
La pandereta
que amuralla secretos
retrocede frente al tamboril
Los equilibristas
guarecen sus cuerpos
Las garras
amedrentas la voracidad
del látigo
que abroquelándose
humilla al domador.
 
 
Engatusado día
 
Acallan
los cuerpos desiertos
La llovizna
quema las voces
El domingo
cosecha los caprichos
y en las paredes
languidecen las súplicas
 
Mientras los gusanos
cierran el ciclo
un piolín
anuda la caída.
 
 
Hoguera
 
Soberbia deambula
Descree conversiones
Los temores alborozados
se enroscan en la omnipotencia
y engendran
 
Mientras la plegaria
pulsa las puertas del infierno
La abstinencia
atiza la hoguera. 
 
 
Las acacias
 
Las acacias
intuyen lo acodado
del crepúsculo inminente
y una alcantarilla
recrea la hojarasca
 
  Joaquín borronea
                             mientras
el englobe del refugio.
 
 
Tamborileo
 
Investigada
por las secuelas
y así expuesta
dilata la resolución
 
Réplica de su espera
en sus horas cruciales
la semana es desmenuzada
por el tamborileo
que oculta la verdad.
 
 
Volatinero
 
Piratas
enturbian begonias
Trompetas lujuriosas
destronan zarzamoras
y las afiebradas palomas
merodean el plenilunio
El titiritero
hurguetea en el tinglado
mientras los ojos sepia
ojean la mandolina.
 
 
En el hastío
 
Calados los huesos por el hastío
sujetan ese cuerpo
que clama enmudecido
Creencias que se deslizan
aguijonean oscuridades
que se acomodan en los cajones
Los recuerdos descubren
a la mujer que flaquea.
 
 
Señales
 
La jauría
ayuna en los portones
 
En la claraboya
la hojarasca se acordona
y hasta simula un cerrojo
 
El silencio es desangrado
por la animada versión de las ranas
 
Y levita esta poeta
en la pesadilla.
 
 

“Poética del no-saber o La mutante fragilidad de los entes”: una lectura del libro ‘Habría de abrir’ de Rolando Revagliatti

  María Rosa Maldonado   Y si se abriera, qué habría en el abrir, cuando la condición de abrir va con delicadeza impensada y, sobre todo, ...