Thursday, November 1, 2018

LA MAMÁ DEL "ALBA VOLANTE NUEVA".


EL ALBA VOLANTE

éste es el sitio anterior a este, que por este motivo se llama "nueva"

Soliloquio del académico exilado en un bus (como a los diez años del golpe)

Jorge Etcheverry Arcaya



Miente el tango, diez años es demasiado. Pero de alguna manera no miente el tango. Sin sentirse ni más viejo ni más inteligente. Si esa niña me hablara (en francés seguramente) yo no podría articular ni una palabra con sentido. A lo mejor me pondría colorado. "Que febril la mirada". Y cómo era de verde el verde allá en Macul, por esta misma fecha, que por allá es verano, y es mejor no acordarse. Si esta mina me preguntara le empezarla a decir estas cosas, y que al Pedagógico le decían Las Termas de Macul porque no parecía para nada universidad pero qué termas ni ocho cuartos, como dicen los coños, que a partir del 65 (le diría) no había año en que no levantáramos barricadas por lo menos dos, tres veces al año, ni que nos agarráramos a coscachos en las asambleas unas diez veces por lo menos, y eso sin contar el verano, de diciembre a marzo, que no nos las despistaban, las vacations, como se dice por aquí. Pleno verano por allá, mijita (le diría), como si no supiera que yo no le iba a entender nada si me hablaba en francés, y a lo mejor me salía algo con ella, un brillo como se decía por allá abajo, y me aguantaba que la invitara a un café en el terminal de buses y le diría que yo trabajo en la universidad, que estas cosas tienen estatus por aquí, que por allá no mucho, si cualquier empleado de banco ganaba más.



"Y porque salió de su país",



y yo le diría claro, que por lo del golpe, mijita, pero sintiendo un poco de verguenza porque, claro, yo me podía haber quedado adentro, a lo mejor a vender peinetas o súper ocho, un caramelo nuevo muy popular por allá abajo ahora dicen, pero quién dice que no me hubieran agarrado, si a la Marujita, que no tenía nada que ver, la agarraron, además de que uno por otro lado tenía familia. "Volveer, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien”, así dice el tango, no creo que lo haya oído mijita, no mucho eso del “platearon” en mi caso, que parece que uno se conserva bien por estas latitudes, será por el frio, lo único que, aunque no tanto como dice el tango, soy un poco (bastante) canosito, pero por lo menos soy flaco que si fuera gordo, como Pacheco, o con tendencia a ser gordo, como el Gustavo otro gallo cantaría. Pero una vez que uno pasa el primer año acá o se mantiene medio en forma o se pone gordo como vaca, todo el invierno encuevado sin poder salir, lo único que uno tenía que hacer cuando tenía tiempo y no andaba trabajando por ahí al comienzo, limpiado pisos, haciendo camas, para qué le digo, mijita (le diría) era como pensar, acordarse, pasarle revista a todas las cosas, el barrio, la cordillera siempre visible, de nuestra ciudad allá abajo.



 "Mire, mijita, en mi país uno tiene la cordillera a la vista todo el tiempo. Allí, en los faldeos cerquita de Santiago está la mejor pista de esquí del mundo, ahí a veces hasta se llevan a cabo los campeonatos internacionales"



Y uno que nunca ni siquiera se asomó a Portillo, un resort de esquí, pero como aquí el esquí es cosa de todo el mundo, como salir a trotar o a andar en bicicleta tan pronto se deshace el hielo, y uno que ni siquiera se atreve a ponerse shorts. Es que a la postre la vida aquí es bastante fácil, el coño Suarez dice que los chilenos somos todos como una mafia, joder (aunque en realidad nos llevamos como perro y gato), que miramos en menos a los españoles. Claro, como llegaron antes al país y están apernados hasta que se mueran andan siempre saltones con los gallos nuevos, con otras ideas. Y como no pude ir a la Conferencia esa de que le hablaba, quizás qué andarán hablando por ahí ahora los otros. Y tan fachosos, como dueños y a la hora de leer en los congresos salen con unos papers que llegan a dar lástima, pero qué se le va hacer, mijita, que mejor esto, al menos uno hace algo parecido a lo que hacía por allá, a la postre mejor que estar limpiando pisos o trabajando de waiter como tantos otros, en realidad tuvimos suerte y eso que ella, mi mujer, no se quería venir y ahora no se quiere volver al país ni por nada.



Y claro, "Volver", si todos queremos volver, pero a la hora de pisar de nuevo la loza de Los Cerrillos (Almirante Merino que le dicen ahora), aunque sea de visita, y ver a los tipos que te sacan fotos, no solo a uno, a todos los que vienen bajando del avión hasta que alguien te dice que son para recuerdo, que no se preocupe, y si uno quiere habla después con el hombre le compra las fotos, y después uno pasa en el taxi por el centro y ve a los milicos con la metralleta en posición en todas las esquinas y los pacos con perros paseándose y ese aire de la gente como mirando sin ver cuando les pasan por el lado y uno quedándose en la casa de la mamá o la tía etc., sin salir los primeros días, sin atreverse a llamar siquiera por teléfono a los amigos de antes, para saber cómo está, cómo les ha ido, y menos salir para afuera, como cuando uno está enfermo y empieza con las salidas despacito, convaleciendo del alma, y todo lo que cuentan y saber que el Peda, es decir el Instituto Pedagógico, ya no existe y está todo repartido y los que trabajaban ahí antes y se quedaron andan todos cesantes, con problemas, vendiendo súper ocho en las micros, cuando les fue bieny que cuando me encontré con el Chano en la Plaza Italia casi me desmayé de la impresión y no me atreví. a saludar, vaya uno a saber la situación del otro, porque yo le diría (mijita) que todavía a veces tengo pesadillas de que tengo que irme a Canadá y se me perdió el pasaporte, que me dicen que tengo que ir a investigaciones a sacarme el papel de antecedentes, a. firmar otros papeles, a Impuestos Internos, y me encuentro con Téllez en la calle y me cuenta lo de la Marujita y  me pregunta que qué estoy haciendo yo todavía por ahí dando vueltas, que me haga humo lo más luego que pueda.



Porque allá (mijita), la gente no se anda con chiquitas, los autos no se quedan parados porque a un viejito se le antojó cruzar por el medio de la calle, ni la gente hace colas para tomar el bus .. Aquí la policía aparece muy ceremoniosa cuando se mete boche después de las once de la noche. Pero allá cuando vinieron una vez que varios amigos le hacían una fiesta a un amigo que venía llegando, él se arrancó por la pandereta de atrás, aunque ya no había toque de queda ni nada, pero por la fuerza de la costumbre, por lo que pasaba antes, y claro "Volver". Por aquí todos dicen que vuelven, y quién no, pero uno como que se está acostumbrando a las bibliotecas. todas esas revistas, los microfilmes, los laboratorios de lenguas, el teatro ( que la gente ni ve), las conferencias, las invitaciones a los congresos afuera, y la universidad que te puede pagar el pasaje. Pero depende de los coños, que es así como les decimos en Chile cariñosamente a los españoles. Y en realidad lo único que quieren los cabros que toman los cursos de español es sacar luego su papelito y chao, además que-no puedes ni siquiera rajarlos, sacarlos mal, porque para eso ellos, o los papás, están pagando su platita, y fuera de las peleas en los departamentos de lenguas romances o extranjeras y los cheese and wine no hay nada más que hacer, si no es tratar (yo no, todavía no) de pegarse una semanita en Centro América en Febrero, y ver si te dan un tenior, un senior (ni soñando), que te prorroguen el contrato para no tener que estar pensando en que ganarse los porotos en Septiembre. "Las nieves del tiempo plateando mi sien". Y las canas que no me las despinta nadie, y nosotros no tenemos la costumbre de andarnos tiñiendo, allá eso es cosa de maricones, gay, como les dicen por aquí, mijita, (y parece que me está mirando, y parece que me roz6 con la rodilla, pero con ese aire tan indiferente, y ahora se me puso. a mirar por la ventanilla, y yo que en realidad no le pego a galán latino, ni le puedo hablar del tiempo o el trabajo como los tipos por acá, ni menos en francés). -



“Poética del no-saber o La mutante fragilidad de los entes”: una lectura del libro ‘Habría de abrir’ de Rolando Revagliatti

  María Rosa Maldonado   Y si se abriera, qué habría en el abrir, cuando la condición de abrir va con delicadeza impensada y, sobre todo, ...