Tuesday, January 28, 2020


La eternidad a la hora de los quiubos

Jorge Etcheverry

 

Los años que no perdonan y un otoño frío, con una humedad casi de invierno chilensis me mantienen encerrado en mi departamento, dubitativo--¿les gusta esta palabra?. Creo que es primera vez que la uso--.. Pero al fin me pongo una camiseta, una camisa, un chaleco y un cortavientos que me compré en uno de mis viajes a Chile y que usé una vez en Angelmó, que queda bastante abajo en el Sur de Chile al borde un brazo de mar que se cruza para pasar a Chiloé, unas islas todavía más al sur, esto para beneficio de los hermanos hispanohablantes en estas tierras boreales que leen esta nota. Que escribo en un local remozado y con un personal de niñas bastantes simpáticas que atraen a nuevos clientes que se portan muy bien, gracias a esta grata atmósfera y a un par de bouncers tan imponentes como eficientes. Aquí se puede disfrutar de una tranquilidad inusitada en este tipo de establecimiento, en realidad un pub que cuenta entre su clientela crepuscular y nocturna a una fauna surtida, a varios patos malos /creo) y a algunas niñas ‘de la vida’ como se decía en mi país cuando yo era chico, pero independientes y orgullosas, que trabajan con internet y que andan con matagatos en la cartera o esas bolsas artesanales a que son aficionadas, todo por una recomendación que le hice una vez  a una que me paró en la calle y me pidió que porqué no la acompañaba unas cuadras porque unos tipos en auto la venían siguiendo. Esto es una primicia, no se lo cuento a todo el mundo. Eso sí, se lo mencioné al pasar a una niña nueva, que es básicamente estriptisera y que me presentó la Guagua, fundamentalmente para que le pagara unos tragos y se la sacara de encima, ya que por razones de competencia, cuando se le ocurre que no se ve muy bien o anda medio de maletas, no le gusta que la vean con otra compañía femenina muy atractiva. Como es el caso de esta niña cuyo nom de guerre es Frou-Frou La Frog, porque es quebequense, y que tiene unas piernas extraordinarias, que le empiezan arribita de los pies y le llegan hasta la ingle. También frecuentan este lugar, mi nueva oficina porque el otro boliche quebró, Feto Von Thyssen, un inmigrante alemán más o menos reciente, chato, gordito, muy rosado, de carita redonda y manos chicas, ET Woodsworth, un gringo flaco, de frente alta, ojos salidos, orejas enormes y medio tirando a hidrocéfalo por el porte de la cabeza. Esos apodos justifican la tradicional picardía del latino, parte de los habitués del otro boliche que nos vinimos para acá en tropilla, como dicen en la otra banda (Argentina).



Y por supuesto también llega de vez en cuando y de cuando en vez el Apocalipsis Rivera, a veces solo, a veces con su hermano Deuteronomio, y que a vuelto un poco a la cristiandad, o canutidad, quizás llevado de la mano por la marea derechosa y fundamentalosa que todavía pudo elegir al Harper. Antes no me había dado cuenta de que aquí, como en los países de donde venimos, las modas de Estados Unidos las seguimos con varios años de atraso, como no se cansa de afirmar el director de esta página el poeta chileno canadiense Echeverri, que también llega a veces por acá con Patrick Phillmore, un poeta canadiense, Arturo Méndez, otro escritor chileno casi de la edad mía, bastante poco amistoso y que se vino de Baton Rouge en Luisiana después de lo de Catrina, damnificado, aterrado y sin pega. Un tipo muy raro. No me gusta ni entiendo mucho lo que escribe en general en esta misma página, pero si por algo salimos del terruño original—por si no lo he dicho, yo también me vine por lo del golpe del 73—es porque la democracia consiste, o debería consistir al menos, entre otras cosas, en el derecho a pataleo. Méndez-Roca puede publicar aquí y yo puedo decir que no me gusta lo que escribe y el Director no me va censurar lo que escribo.


Ahora a Apocalipsis le ha bajado una interpretación del asunto de la vida eterna, que como se sabe es uno de los conceptos centrales de la religión cristiana. Sin ir más lejos no hay más que acordarse de eso de “y la vida eterna amén”. Pero no tan amén, según Apocalipsis, ya que según él no se trata de que Dios haya prometido la vida eterna, y cita al teólogo Charles Kingsley que en 1855 escribió que el significado de la palabra AION (Siglo, Edad, Era) que se usa en las escrituras, jamás se usa para significar eternidad o tiempo sin fin, sino que significa un periodo de tiempo. Entonces pasó a explicar que eso quedaba clarito en el Antiguo y el Nuevo, por ejemplo a Adán se le habían dado 930 años, siendo que al comienzo Dios había decidido que la vida de los seres humanos se limitaría a 120 años. También estaba el caso de Noé que habría vivido hasta los 959 años, los 969 años de Matusalén, pero los sorprendentemente breves 120 años de Moisés en este contexto. Y ahí entró a terciar Deuteronomio, que dijo con toda razón, desde ese punto de vista, que claro está que los designios de la Divinidad son inescrutables y que las cualidades o empresas por las que premia a algunos seres humanos con una relativa longevidad son incomprensibles para nosotros los pobrecitos mortales. Entonces es que miré a mi alrededor para ver si estaba por ahí Jorge o A. Méndez, sobre todo este último, que siempre está dispuesto a discutir sobre religión y atacar a los creyentes, como queda de manifiesto en su blog, bastante atrasadito, Zonagris http://interzonal.blogspot.com/ (a ver si me paga unas cervezas por la propaganda). Pero los viejos verdes estaban hablando con las niñas y les estaban contando chistes, por la manera como se reían. Y les dije que iba al baño y aproveché para escabullirse por la puerta de atrás


Friday, January 17, 2020

“El mundo será mejor alguna vez o volará por los aires”


Carlos Norberto Carbone responde En cuestión: un cuestionario de Rolando Revagliatti



Carlos Norberto Carbone nació el 12 de marzo de 1959 en la ciudad de Lomas del Mirador, Partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires, la Argentina, y reside en la ciudad de Morón, en la misma provincia. Obtuvo primeros premios en certámenes de poesía de su país y de España y ha sido jurado en algunos concursos. Participó en programas radiales, dirigió junto a Pablo Marrero el sello Eco Ediciones y la revista electrónica “La Bodega del Diablo”. Fue coautor junto a Héctor Celano del espectáculo “De poetas y locos”. Su obra fue parciamente traducida al catalán, italiano, bengalí, francés, ruso, árabe, turco, etc. A partir de 1983 publicó los poemarios “Poesías para decir presente”, “La llegada de los hombres”, “En la huella del hombre”, “De andenes, lluvias y otras melancolías”, “Variaciones sobre la noche y otras oscuridades”, “Doce ciudadanos + uno”, “Áspid”, “Miradas de fuga”. Volúmenes compartidos con Pablo Marrero: “Bodegueros del diablo”, “Carma” y “Marca”. Volúmenes compartidos con varios autores: “Testigos de tormenta”, “Seis poetas”, “Cuerpo de abismo”, “Antes que el viento se apague”, “Seis son una jauría”, “Pasajeros del penúltimo tren”, “4 autores”. Fue incluido, entre otras, en las antologías “500 años del descubrimiento de América”, “La otra voz”, “III Antología de poesía joven argentina”, “Diez años sin Borges”, “Poesía hacia el nuevo milenio”, “Anaconda”, “País del vientre abierto”, “Poetas de Morón”, “Testimonios del presente”, “El verso toma la palabra”, “Bardos y desbordes”, “Borrando fronteras”, “Adagio”, “¡Basta!”, “Poesía argentina contemporánea”, “Bardos y desbordes II”, “Otra mirada, otra distancia”, “8ª Antología de poemas y relatos”.                          


1: ¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se trataba?

CNC: Siempre estuve rodeado de músicos, eso me llevó a que la canción fuera un juego y así, temprano, quise cantar, luego tocar la guitarra y por supuesto, componer canciones; calculo que a los doce o trece años ya andaba buscando rimas y melodías.


2: ¿Cómo te llevas con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?

CNC: Uno de mis libros se titula “Andenes, lluvias y otras melancolías”, de lo cual, yo diría, se desprende que la lluvia me gusta. Cuando llovía, mi mamá no nos mandaba al colegio, por eso con mi hermana inventábamos danzas para hacer llover.

La velocidad me fascina, soy Técnico Mecánico aplicado a los autos; durante cierta etapa me encantaba manejar y lo más veloz posible. Con las contrariedades me manejo como todo poeta, buscando donde entrarle para escribir.


3: “En este rincón” el romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro rincón”, por ejemplo, William Faulkner y su “He oído hablar de ella, pero nunca la he visto.” ¿Tus consideraciones?... 

CNC: La inspiración es para los creyentes. Prefiero el trabajo del día a día; si un día llega la señora inspiración que me encuentre con un lápiz en la mano y frente a una hoja en blanco. Igualmente, a veces, uno escribe como si le dictaran; ahí me hago el distraído y me dejo llevar.


4: ¿De qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?

CNC: No sé si más. Tal vez por igual me interesan las vidas de Pablo Neruda, de García Lorca, de Miguel Hernández, de Amadeus Mozart, de Vincent Van Gogh, de Juan Gelman.


5: ¿Lemas, chascarrillos, refranes, proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?

CNC: Mi madre recitaba de “La vuelta de Martin Fierro”, de nuestro José Hernández, eso de que “Los hermanos sean unidos/ porque esa es la ley primera;/ tengan unión verdadera/ en cualquier tiempo que sea,/ porque si entre ellos pelean/ los devoran los de ajuera.”: me agrada repetirlo; y un refrán no carente de optimismo: “No hay mal que dure cien años”.


6: ¿Qué obras artísticas te han —cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has quedado, seguís quedando, en estado de perplejidad?

CNC: Los films de Akira Kurosawa; el drama lírico “Nabucco”, de Giuseppe Verdi; Astor Piazzola y sus fuegos; Pablo Picasso y su “Guernica”; la novelística de José Saramago; Federico Fellini y su “Y la nave va”; Carlitos Chaplín (lo escribo en argentino) y su discurso tan poético sin decir ni una palabra. Todos me estremecen y siguen generando en mí ese desvelo único.


7: ¿Tendrás por allí alguna situación irrisoria de la que hayas sido más o menos protagonista y que nos quieras contar?

CNC: Tengo muchas y no sé ahora cuál es más graciosa. Acaso aquella de la presentación de un libro donde el presentador, después de alabar al autor durante varios minutos chasqueó los dedos y le preguntó a viva voz: ¿Cómo te llamabas vos­?


 8: ¿Qué te promueve la noción de “posteridad”?

CNC: Es imprescindible la buena memoria para una posteridad justa.


9: “¿La rutina te aplasta?” ¿Qué rutinas te aplastan?

CNC: La rutina es un animal feroz, difícil escapar de sus garras. Trato de escapar de ella y mantenerme atento para que no ataque. Durante muchos años tuve que ensamblar las ocho horas de oficina con la literatura, lo que, a veces, pesaba como un muerto.


10: ¿Para vos, “Un estilo perfecto es una limitación perfecta”, como sostuvo el escritor y periodista español Corpus Barga? Y siguió: “…un estilo es una manera y un amaneramiento”.

CNC: Lo más difícil para un escritor es retirarse de su zona de confort. En ocasiones, lo que llamamos estilo propio es una trampa para no avanzar a otro territorio más inhóspito. Los grandes maestros son los que se animan y van. Tomar riesgos es el estilo perfecto.


11: ¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te despiertan algún grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan instantáneamente?

CNC: El suceso que indigna mi condición humana es la explotación del hombre por el hombre; que un puñado de familias sean dueñas de los recursos del mundo, que haya multimillonarios y personas que mueran de hambre o por enfermedades curables: eso despierta en mí la mayor indignación.

Violencia me provoca la mentira de grandes medios periodísticos y su falsa independencia.

Me harta enormemente el ego desbordado cuando el talento es nulo.



12: ¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías con nosotros?

CNC: Una foto bailando el twist con mis hermanas y mis padres riéndose.

Y otra de toda la familia en una camioneta, de esas que por acá denominábamos “estanciera”, yendo al río, al balneario del barrio de Núñez, a practicar deporte náutico con una cámara de neumático para usar de bote. 


13: ¿En los universos de qué artistas te agradaría perderte (o encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?

CNC: Ser algún personaje de la novela “Los siete locos” de Roberto Arlt, no estaría nada mal.

Encarnar al Diablo en alguna película y bajo la dirección de Leonardo Favio sería fantástico.

Ser el Virgilio de la “Divina comedia” y, desde luego, de la mano de Dante Alighieri, me parece muy interesante.


14: El silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las sorpresas, la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te resultan? ¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio, orientación o sentido?

CNC: Vivo todo el tiempo en varios de esos estados y los transito como puedo, me resultan a veces dignos y otros no tanto, pero bueno, eso demuestra que estoy vivo y me siguen generando cosas a pesar del paso del tiempo.

Soy habitante del silencio, a veces hasta a mí me aturde tanto silencio, tengo gestos que no me disgustan, mi cara es muy expresiva. La oscuridad y las sorpresas, la desolación y la intemperancia me hacen pensar y repensar mi destino.


15: ¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?

CNC: Varios: destaco en primer término a alguien con quien tengo el honor de ser su amigo, Eugenio Mandrini; luego, Enrique Santos Discépolo, el gordo Osvaldo Soriano, Caloi (Carlos Loiseau), el negro Alejandro Dolina, Roberto Fontanarrosa.


16: ¿Qué apreciaciones no apreciás? ¿Qué imprecisiones preferís?...

CNC: No aprecio las apreciaciones realizadas con soberbia, las detesto, prefiero los buenos oficios del dialogo frontal y sincero.


17: ¿Viste que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora o valora poco, y que en otros casos valora a personas que no quiere? ¿Esto te perturba, te entristece? ¿Cómo “lo resolvés”?

CNC: Si lo quiero es porque lo valoro. Donde más se me complica es en aceptar opiniones diferentes; no respeto a los que revindican a lo peor de la historia de la humanidad, con esos lo resuelvo alejándolos de mi vida todo lo posible.


18: ¿El mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”?

CNC: Soy bastante optimista, creo que el mundo será mejor alguna vez o volará por los aires: no nos queda otra que mejorar.


19: Por la fidelidad y entrega a una causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los tiempos y de todos los ámbitos) te asombran?

CNC: Jesús, el Che, Evita, Mahatma Gandhi, Lenin.  


20: ¿Qué te hace “reír a mandíbula batiente”?

CNC: Tomar unos vinos con mis amigos y rememorar travesuras de niño y no tan niño, las travesuras de mis hijos y hoy las de mi nieta.

Entre los cómicos, Buster Keaton y Chaplin; más cerca en el tiempo, el humor de los uruguayos (Ricardo Espalter, Berugo Carámbula, Enrique Almada…) del programa de televisión “Hiperhumor”, emitido, recordarás, durante varios años en la década del ’80.


21: ¿Cómo afrontás lo que sea que te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos o metas, lejos de lo que para vos constituya un ideal?

CNC: La vida es algo complejo que a veces va por caminos que uno no imaginó y lo fundamental es seguir y no perder del todo el norte o el sur, soy de ponerle el pecho y avanzar, trato de salir pronto de los momentos no queridos.


22: El amor, la contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando con esos tópicos?

CNC: El amor y la política siempre fueron muy importantes en mi vida. Todo hombre es político y si uno no ocupa ese lugar lo toman las corporaciones. El amor es obviamente lo más trascendente; los hijos, la familia, los amigos, la mujer con quien amanecer, la contemplación y la meditación también juegan fuerte en mí. El trabajo, léase el dinero, ocupa tiempo, esfuerzo, y nunca me llevé muy bien. La religión como tal no me ocupa, pero sí la poesía que es mi religión.


23: ¿A qué obras artísticas —espectáculos coreográficos, films, esculturas, música, pinturas, literatura, propuestas teatrales o arquitectónicas, etc.— calificarías de “insufribles”?

CNC: Las esculturas de Fernando Botero, los best seller de las grandes librerías y sus posteriores películas, la obra de Marta Minujín y las películas de Palito Ortega y de El Club del Clan.


24: ¿Qué calle, qué recorrido de calles, qué pequeña zona transitada en tu infancia o en tu adolescencia recordás con mayor nostalgia o cariño, y por qué?...

CNC: Las calles de Lomas del Mirador, en San Justo, tomar el colectivo 49 para ir a la escuela, toda una aventura; ir hasta la avenida Provincias Unidas en bicicleta a pesar de que mi mamá no me dejaba, otra gran aventura; jugar futbol en todos los potreros del suburbano con los muchachos más grandes, una aventura superior.


25: ¿Cómo reordenarías esta serie?: “La visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. Digamos que un reordenamiento, o dos. Y hasta podrías intentar, por ejemplo, una microficción.

CNC: Vistas así resultan caóticas y atractivas: no sé si puedo o quiero mejorar ese orden-desorden dado.

Pero intentando ordenarlas diría que empiezo por el pensamiento y la lengua para seguir con la autenticidad, la ceremonia y la visión, ahí dudo entre el bosque y la ciudad, luego la danza, el azar y las miniaturas y por último la muerte, el desajuste y el sacrificio.


26: “Donde mueren las palabras” es el título de un filme de 1946, dirigido por Hugo Fregonese y protagonizado por Enrique Muiño. ¿Dónde mueren las palabras?...

CNC: Mueren donde se es cómplice del verdugo.

Mueren donde el puente se dinamita y no hay forma de comunicarse.

Mueren donde hay un pensamiento único y, por ende, nadie piensa.


27: ¿Podés disfrutar de obras de artistas con los que te adviertas en las antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?

CNC: Me cuesta disociar las obras, por un lado, y por el otro, a sus creadores; a pesar de ello puedo conmoverme por algo en particular y pienso: qué buen artista, lástima que sea tan capitalista.


28: ¿Cómo te cae, cómo procesás la decepción (o lo que corresponda) que te infiere la persona que te promete algo que a vos te interesa —y hasta podría ser que no lo hubieras solicitado—, y luego no sólo no cumple sino que jamás alude a la promesa?

CNC: Tengo claro que no me paraliza la traición, aunque sí me cuesta procesar y olvidar esa decepción; pero procuro dar vuelta la página y seguir con otra cosa; obviamente me da mucha bronca que eso suceda.


29: No concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admiras?

CNC: A mi madre, que de niña tuvo que valerse de su coraje para salir adelante, y que con poco diccionario y mucho trabajo nos educó, nos hizo la vida más dulce, más digna, y en ella admiro a la mujer que siempre fue puesta en segundo plano. Admiro también a la mujer que con sus actuales luchas y conquistas hacen un mundo más justo, por sus reivindicaciones que son para todos. Mirándolas a ellas siento que aún no todo está perdido.


30: ¿Tus pasiones te pertenecen o sos de tus pasiones? Pasiones y entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general, distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?

CNC: Me pertenecen, y poco a poco intento ponerlas en su lugar para que podamos convivir. Soy apasionado y eso me mantiene vivo, es lo que me hace saltar de la silla e ir detrás de algo, como un niño va tras una pelota.


31: ¿Qué artistas estimas que han sido alabados desmesuradamente?

CNC: ¡Uffff!, muchísimos. No voy a nombrarlos, no quiero polemizar con nadie, pero estimo que algunos poetas venerados, algunos novelistas best seller y algunos rockeros, tienen muchos halagos no muy merecidos.


32: ¿Acordarías, o algo así, con que es, efectivamente, “El amor, asimétrico por naturaleza”, tal como leemos en el poema “Cielito lindo” de Luisa Futoransky?

CNC: El amor está compuesto por numerosas semejanzas y algunas diferencias; lo básico es aceptar y respetar la libertad del otro. No busco mitades, busco enteros y así trato que sea.


33: ¿El amanecer, la franca mañana, el mediodía, la hora de la siesta, el crepúsculo vespertino, la noche plena o la madrugada?

CNC: La noche tiene para mí el mayor misterio, aunque reconozco que cada lapso tiene su encanto y podría encontrar situaciones únicas e irrepetibles en cada uno.


34: ¿Qué dos o tres o cuatro “reuniones cumbres” integradas por artistas de todos los tiempos y de todas las artes nos propondrías?

CNC: Quisiera estar ahí tomando café con Raúl González Tuñón, Leopoldo Marechal y Roberto Arlt, o comiendo paella con Federico García Lorca, Antonio Machado y Miguel Hernández, o afinando mi guitarra con Paco de Lucía, o tomando un vino verde con Fernando Pessoa y José Saramago, o cantando a dúo con don Carlos Gardel o con el “polaco” Goyeneche.


35: Seas o no ajedrecista: ¿qué partida estás jugando ahora?...

CNC: La que jugué siempre: pretender dar jaque mate con los peones.

*

Cuestionario respondido a través del correo electrónico: en las ciudades de Morón y Buenos Aires, distantes entre sí unos 35 kilómetros, Carlos Norberto Carbone y Rolando Revagliatti, diciembre 2019.


http://www.revagliatti.com/021000.html










Saturday, January 11, 2020


El Occidente y el marxismo 

La vigencia de la ‘izquierda’ y el ‘marxismo’; el programa de izquierda: la utopía ausente. El marxismo occidental del siglo veinte. Israel/Palestina, una aporía de la izquierda

¿Se puede aún pretender que se habla de lo mismo cuando de dice ‘izquierda’ y ‘marxismo’?. Evidentemente que no. Quizás y alargándolo bastante, tampoco cuando se hable de leninismo, en la medida en que en estos términos habrían que concluir en general que la así llamada globalización es otra etapa de desarrollo del imperialismo. Esa ‘fase superior del capitalismo’, sistema que aún se adapta y transforma los medios de producción porque sus posibilidades no se habrían agotado, pese a seguir coexistiendo en forma ‘desigual y combinada’con estructuras feudales, presentes en gran parte de los continentes que fueron colonias europeas, como África y Asia, por ejemplo en las zonas feudales teocráticas de Afganistán o Pakistán, o neo feudales, como la simbiosis entre sectores de poblacionales urbanos marginales y los señores de la droga y las pandillas, como en Brasil y México. El imperialismo está en proceso de globalización, una subetapa de esa fase superior del capitalismo, que parece ir cambiando—para no usar el engañoso término ‘evolucionando’ para no caer en el progresismo—hacia una etapa de mayor y universal consolidación que por ahora quizás no podamos concebir en plenitud, y que consistirá en parte en la división del mundo y sus recursos y seres humanos entre diversos polos imperialistas con su propia zona de influencia (Estados Unidos, India, China, la Unión Europea, Arabia Saudita, Rusia y Cía, Irán, algunos de los que se vislumbran por ahora como los principales, como Rusia y el capitalismo de estado chino). Estos subimperialismos regionales, operarían dentro de un consenso basado en el poder nuclear y se expresaría en acuerdos internacionales en una situación más o menos carente de conflicto serio, pero plagada de conflictos de baja o mediana intensidad para dar cabida a los constantes reacomodos geopolíticos de influencia en áreas dependientes o neolocoloniales y mantener activa la economía de guerra, que con sus vastos recursos económicos, materiales y de inteligencia que en forma orgánica (armadas, ejércitos) e inorgánica (diversos movimientos irregulares, carteles de drogas armados, milicias religiosas o escuadras de la muerte), abarca una porción cada vez mayor de la economía general y es una fuente creciente de empleo y de investigación.

Para Marx hubieran sido impensables ciertas formas que asume la izquierda en la actualidad, como respuesta a situaciones concretas e inabolibles que le han planteado desafíos hasta cierto punto inéditos. Lenin, en cambio, la podría haber orientado de manera de abarcar los enfrentamientos tácticos sin perder de vista sus objetivos estratégicos programáticos, de los que la izquierda en la actualidad carece.

Pensamos que a grandes rasgos y de una manera utópica, las bases programáticas de un socialismo actual tendrían contemporáneamente que ser mundiales: un mundo socializado en lo que respecta a la producción, distribución y consumo de los bienes esenciales para la base material de la vida humana, la universalización en tanto derechos inalienables de la educación y la salud, de la equivalencia humana, legal y práctica de mujeres y hombres y de los diversos grupos étnicos y manifestaciones etnoculturales, del ejercicio libre de la sexualidad mutuamente consensual, de la secularización y naturalización social del meollo moral y ético subyacente a los así llamados mandamientos de las religiones, suprimiendo sus estructuras de poder y su generación de plusvalía económica y cultural. La integración del equilibrio ambiental en los planes de la explotación y aprovechamiento de los recursos naturales, para acercarse a una meta de la stasis: 0 desarrollo económico, 0 aumento de la población. Claro que este barrunto de un posible programa socialista unificado y abarcador como el anterior, que huele un poco a ciencia ficción, no puede realizarse ni siquiera a manera programática o pre programática. O se si hace, tendría en la actualidad que adoptar un carácter semiclandestino, ya que en muchas situaciones regionales o nacionales en el mundo la izquierda implícita o explícitamente apoya la lucha de poblaciones enteras guiadas por sectores dirigentes empeñados a la vez que en la autonomía o independencia regionales, en políticas de exclusivismo y limpieza etnocultural o de totalitarismo religioso, un apoyo de la izquierda que es muchas veces irrestricto y traslaticio—al identificar automáticamente como bueno y positivo a cualquier enemigo del imperialismo principal, los EEUU—sustrayéndose así al planteamiento de un discurso socialista y revolucionario a futuro en aras de mantener una política ‘antiimperialista’ en el presente. ¿Cómo se puede por ejemplo apoyar y saludar la lucha por la autonomía de Palestina encabezada por Hamas y a la vez llamar a las mujeres y a los trabajadores palestinos a luchar para el derrocamiento de la teocracia y la implantación del socialismo?. En el horizonte de posibilidades de la izquierda actual la probabilidad de un discurso programático socialista concreto para muchas regiones conflictivas ni siquiera es eso, porque ni siquiera se ha planteado. Y quizás ni siquiera pueda plantearse.

En el siglo pasado, ‘modernista’, había un mundo dividido en bloques que enfrentaban a un mundo occidental capitalista y  a un bloque socialista, luego de una guerra mundial entre una versión racista, autoritaria, autocrática y xenófoba del capitalismo, y el capitalismo ‘moderno’, democrático y de valores humanistas, en general compartidos por el mundo socialista—los excesos del régimen de  Stalin eran en general negados como propaganda occidental. El socialismo se basaba en el concepto demócrata de un ‘centralismo democrático’ y la ‘democracia proletaria’ y Sartre sostenía que el marxismo era un humanismo. Se trataba de una guerra europea, la última de las guerras mundiales, y el mundo ex colonial, colonial y dependiente finalizaba sus procesos de liberación nacional y muchas veces adoptaba gobiernos de tipo republicano democrático según el modelo occidental o se declaraban democracias populares. Los partidos socialistas nacionalistas como los Bahai impulsaban y logran las independencias nacionales de Egipto y Siria por ejemplo. Israel se formaba contra la voluntad de la Unión Soviética que defendía y se alineaba en general con los países árabes y no alineados, cuyas no muy anteriores luchas de liberación nacional se habían llevado a cabo a través de partidos o movimientos decididamente de izquierda en la mayoría de los casos.

A pesar de eso, el espectáculo de las granjas colectivas israelitas defendiéndose contra bandas tribales feudales, era muy diferente al que ofrece el Israel actual, cuya única forma de supervivencia en la actual repartición de poder regional en ciernes bajo un modelo multipolar de subimperios capitalistas multiformes, es la existencia de una crisis permanente que al poner en juego la preponderancia del ‘occidente’ en el área, coloca sus recursos detrás del sostenimiento del estado israelí. La existencia de este estado se cuestiona cada vez más, no tan sólo ya en términos de la legitimidad de su implantación y el desplazamiento de los habitantes palestinos que no quisieron integrarse. Después de todo, ese proceso de arbitrariedad institucional colonial es una versión breve y súbita de algunos que pueden tomar milenios, como es el caso vasco. Lo que se cuestiona ahora es la existencia misma de un enclave judío en el área. Existe entre los interesados la preponderancia de un discurso etnofóbico y religioso, que es distinto al de los liberales occidentales que esgrimen en esta caso la argumentación más universal de la auodeterminación de los pueblos y el derecho a un estado nacional. Este derecho se ve como un derecho intrínseco de las agrupaciones etnoculturales con certificado de buena conducta y que no van a contrapelo de los intereses establecidos, y lo esgrimen los demócratas y liberales del occidente y además la izquierda, que agrega básicamente su terminología canónica (fascismo, imperialismo, etc.), pero que carece de todo planteamiento prográmático o discurso distintivo para esa situación.

Wednesday, January 1, 2020


Entrevista al poeta por WI FI


Jorge Etcheverry 



En su dilatada producción poética
que abarca ya varias décadas
y diversos registros
¿Habría algo así como un faro señero
que orienta en última instancia
su producción literaria?
¿Habría una visión trascendente
del hombre la naturaleza el cosmos
que subyace a su poesía?             


--Sí, tendría que responder afirmativamente
Pese a todo
de lo que pasa a nuestro alrededor
de lo que nos rodea cotidianamente
a diario
en cada momento
y que vemos en las noticias
día tras día
creo en el avance
la evolución
el adelanto de la humanidad
que curiosamente
y de manera inexplicable para mí
a veces pareciera identificarse
con la difusión de mis textos—






“Poética del no-saber o La mutante fragilidad de los entes”: una lectura del libro ‘Habría de abrir’ de Rolando Revagliatti

  María Rosa Maldonado   Y si se abriera, qué habría en el abrir, cuando la condición de abrir va con delicadeza impensada y, sobre todo, ...