Monday, November 4, 2019

Acabo de mundo


Jorge Etcheverry.

...el autor de la nota me decía en su email que una entidad que él prefiere llamar Cristo para dar a los lectores algo a qué atenerse (la descripción adjunta de esta figura de un dorado cobrizo borroso, con varios conjuntos de brazos y alas parece más un dios hindú) se le había aparecido en sueños para decirle en resumen que si se acababa el mundo ahora era cosa de él, que ellos en todo caso lo iban a postergar para el 23 de octubre porque sabían que el 22 era su día. En los sueños uno no muestra ninguna sorpresa. (Tampoco cuando uno está muerto de curado, me atrevería a agregar). La apariciónporque ahora se trataba de una imagen tridimensional pero que daba la sensación de una proyección, de un holograma—le dijo casi desde el techo, suspendida en el aire y bloqueando la poca luz que entraba por la ventana: “mira, lo que pasa es que en vista de una cosa que pusiste hace harto tiempo en un blog sobre el transporte instantáneo* a través de no importa qué distancias, nos parece que por lo menos tú te estarías acercando a vislumbrar algunas cosas sobre este universo tan material como maleable, algunas cosas que ni nosotros nos atrevemos a llamar leyes, para no estar haciendo afirmaciones gratuitas sobre la existencia o no de lo que se llama (ustedes llaman) universo. Entonces se nos planteó el dilema de si era correcto aplicarle el borrón y cuenta nueva a este planeta y a sus primates cuando parece que uno estaba al borde un descubrimiento bastante notable—no te ofendas por lo de primate, estoy hablando en términos estrictamente materiales, biológicos, etc. Bueno, decidimos que por ahora no. El 21 de octubre vamos a aparecer en todas las pantallas para darnos a conocer, así como a la fecha del fin del mundo del 23, ya que el 21 es tu cumpleaños y a lo mejor quieres celebrar y al día siguiente vas a estar con la mona. Porque es a ti a quien le va a tocar decidir si acabamos el mundo o no, o si le damos una prórroga, por otra cosa que citas por ahí **. Para decidir eso tienes que estar muy despejado, lo ideal sería que durmieras bien la noche del 22, pero sin tomar pastillas para dormir, porque te dejan un poco atontado todo el día siguiente”.

     Él me dijo que la entidad, que parece que también tenía una cola, y unos como cachos, pero no como el diablo tradicional, sino como de luz, onda Moisés, le había dicho prácticamente “aquí te las traigo Pedro”. La decisión de acabar el mundo iba a ser suya, dependiendo de cómo viera las cosas. O podía decidir que se acabara justo cuando él se muriera, lo que lo ponía en una situación difícil, ya que tenía parientes y amigos, pájaros y gatos y no le gustaría que se murieran todos ellos cuando él se muriera. Por otro lado, —me dijo—, en una de éstas se salvaba el mundo si se ponía en práctica una agenda que él estaba confeccionando y que le iba a tratar de entregar a los dirigentes de los países más importantes, y que estaba seguro que así iba a detener los procesos que llevaban a la condena de la tierra: al ver esos puntos y la intención generalizada de llevarlos a cabo, esa entidad, o quienes representaba, iban a concedernos una prórroga. Que a lo mejor se prolongaba unos milenios. O en el mejor de los casos, a lo mejor incluso sacaban a la Tierra de la lista negra. Él no estaba muy seguro de la procedencia de esos seres, si se trataba de dioses o de extraterrestres, lo que a lo mejor era lo mismo, si uno le creía a algunos documentales que había visto en el History Channel, que en realidad miraba para puro entretenerse, ya que no creía en esas cosas. “En todo caso, si se trata de extraterrestres me pueden dar una manito con sistemas de detección, rayos láser, multitud de procesadores de información, armas infalibles de destrucción selectiva, todo nanotecnológico, que se pueden emitir desde las naves espaciales como nubes de partículas que se repartirían en la atmósfera cubriendo el planeta y operando para hacer cumplir esta agenda que encargaron. Pero quizás, y para la cosmética de todo el asunto, ya que los rituales y los mitos son tan importantes, pueden menor desplegar armadas de robots humanoides, perfectos, de aleaciones tornasol, para que los vea la gente, sino no nos van a tomar en serio”.

     En caso de que se tratara de dioses, o de un Dios, y también un poco para la galería, quería Tronos y Dominaciones de ángeles de preferencia femeninos, de un color cobrizo, con físico entre hindú y gitano, que lanzaran rayos con la punta de los dedos como Zeus, o provocaran huracanes, o pudieran petrificar a la gente en piedra o incinerarla con la mirada, etc. Y unos dragones de diverso tamaño y apariencia, para imbuir en las masas temores ancestrales. La agenda que iba a proponer en realidad no era nada nuevo, justicia social universal, igualdad étnica y genérica mundial, equilibrio de la población, respeto al medio ambiente, supresión de la explotación del hombre por el hombre, etc., todas cosas siempre presentes en casi todas los programas de no importe qué agencia y partido progresista que se respete, por lo menos los laicos, que de los otros ni hablar. Para terminar me dijo que se sentía honrado, que siempre había pensado que la tarea de salvar al mundo se la iban a dar los poderes x—o quizás la historia misma—a algunos de los varios millones de poetas que hay en el planeta, ya que siempre había estado de acuerdo conmigo y con Huidobro en que el poeta es un pequeño dios.



Notas




* “La teoría va más o menos como sigue: al atravesar cualquier distancia, digamos un milímetro, y si, como afirmaba, el espacio es infinitamente divisible, se está atravesando un infinito si se trata de un micrón, la milésima parte de un milímetro, o de, digamos, 4.500 kilómetros, o años luz (poco menos de diez billones de km.), ya que un infinito es equivalente a otro, o más bien son el mismo, ya que no hay subsunciones ni jerarquías entre infinitos. No funciona eso de que hay infinitos que son más infinitos que otros, de la misma manera como no hay diferentes puntos o lugares, que al estar situados en el espacio son también infinitos, y por lo tanto uno.

De ahí que esta nave espacial particular esté diseñada para soportar la atmósfera fiera de este planeta, y en gran parte está constituida por el amplificador de ondas mentales AOM--que nos perdonen los tibetanos--, que es el verdadero y  único sistema de movilización, ya que desde Vasiliev en los sesenta y setenta del siglo veinte se barruntaba el carácter de alguna manera material de las transmisiones u ocurrencias de la telepatía y la telequinesis, y se había barruntado la verdadera condición del espacio. Los matemáticos de a bordo se encuentran entre las mentes más brillantes del planeta, y ellos son los que, con ayuda de equipos sofisticadísimos, determinan las coordenadas. Luego viene mi papel. Yo soy, por así decir el piloto de a bordo. Dadas mis habilidades plásticas--en mi juventud practiqué con años y apasionamiento casi todas las formas de las artes plásticas y gráficas--y poéticas, que han valido galardones cuya obtención siempre me asombró un poco, tengo la función de imaginar, con ayuda de ciertos estímulos químicos muy sutiles, de sentir y patentizar, no la trayectoria ni el punto de origen, sino y luego de ingente esfuerzo, de intuir fugazmente, y de manera tan transitoria como no transmisible, ese espacio que nos permite la simultaneidad, o mejor, la coexistencia con cualquier otro punto, en este caso las coordenadas marcadas en líneas luminosas en una pantalla negra al frente mío”.




** “Luego venía una enumeración de factores y fenómenos que ya eran lugares comunes, ante los que quizás el lector iba a suspirar con resignación, sin por eso interrumpir la lectura: el calentamiento global, la desaparición de la capa de ozono, la contaminación ambiental, la incapacidad de los gobiernos de los países tanto desarrollados como en desarrollo para frenar el industrialismo, la preponderancia mundial de la economía de libre mercado y el fracaso de la Stasis (cero crecimiento económico, cero aumento de la población), el descrédito en que había caído el movimiento después de sus sanguinarias y catastróficas acciones directas en Brasil, Norteamérica y el Japón”.

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