Jorge Etcheverry Arcaya
La Yolanda Pizarro Nómez, la Yoli, debía haber sido Nehme sino fuera por el funcionario que le escribió el nombre a su abuelo cuando llegó a Chile del Líbano—les decían turcos porque en esos tiempos del imperio otomano etc. y no vamos a entrar en esos acápites históricos—los lectores se van a tener que quedar pillos en esto
S e mete al MIR por ahí a comienzos de los 70 y después del golpe anda como pantalla con los líderes y por otro lado se las arregla para seducir a un milico oficial secretario de la junta, me pasa los teléfonos de los cuatro generales y yo a mi vez se los doy a una niña de la resistencia socialista en el Forestal
La Yoli ocupa el lugar que le habían dado a su papá en la vicaría para salir del país—él le dijo que no se iba, “me voy a quedar resistiendo”—estas cosas son privadas, claro, pero ella se murió en Chile y yo estoy afuera
Estuvo unos años en Irlanda trabajó con otros exilados chilenos en una fábrica pero no los dejaban tranquilos ni a sol ni a sombra, no quería que se fueran a meter con la Irish Republican Army, pero ni a misa, porque también había algunos troskos exilados y no les gustaba para nada esa cosa confesional católica que tenía la IRA
Entonces se vino a Canadá
Muy en borrador perdonen esos datos, pero me acuerdo que a fines de los sesenta o comienzos de los setenta tradujimos en el departamento de la Yoli en Nataniel con otro cumpa de la Escuela de Santiago unos textos cortos de Beckett para un número de Orfeo que no se publicó
Mala onda llegó el golpe el exilio y esas cosas que se quedaron en el tintero, pero dada la situación en general, global, como se dice es mejor ahora que paremos aquí.
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