Wednesday, October 22, 2025

“Hay títulos que son, en sí mismos, un poema”: Reseña del libro “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo” de Rolando Revagliatti.

Araceli Otamendi




Hay títulos que son, en sí mismos, un poema. Y ese es el caso de la nueva obra del poeta argentino Rolando Revagliatti: “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”. Con una jugada literaria tan audaz como brillante, Revagliatti une dos universos aparentemente distantes para crear un campo de fuerza poético único.

Este juego intertextual, marca de la casa en la poesía de Revagliatti, se extiende a una portada que es puro concepto: una ilustración presenta a una mujer desnuda, tocada con una cacerola como sombrero, portando una pava y una sartén. Una imagen poderosa que dialoga sobre lo doméstico, el deseo y el surrealismo cotidiano, y que prefiero describir con palabras para invitarlos a descubrirla en la versión física.

Un libro indispensable para los amantes de la poesía inteligente, el juego de palabras y la cultura que desafía las convenciones.

La chispa de la contradicción: del cumpleaños infantil al drama de Tennessee Williams.

El título actúa como un imán que atrae dos significados opuestos. Por un lado, evoca la inocencia (y el humor negro latente) de la canción infantil de cumpleaños “Ojalá que te pise un tranvía”, un supuesto ‘buen augurio’ cantado con picardía que todos hemos coreado. Por el otro, choca frontalmente con la solemnidad y la pasión desgarrada de “Un tranvía llamado Deseo”, el clásico teatral de Tennessee Williams llevado al cine con la inolvidable actuación de Marlon Brando.

Esta colisión no es casual. Es la esencia misma del libro. Revagliatti toma lo cotidiano y popular -el festejo, la ronda de niños- y lo tensiona con lo canónico y dramático de la alta cultura. El ‘tranvía’ deja de ser un vehículo de simple augurio para transformarse en un símbolo de destino, de pasiones arrasadoras, de ese ‘deseo’ que, como en la obra de Williams, puede ser tan destructivo como vital.

Los poemas reunidos en este libro se caracterizan por:

Juegos de lenguaje: Una manipulación lúcida y humorística de las palabras.

Mirada sobre lo cotidiano: La capacidad de extraer profundidad de los momentos y objetos más comunes, con ironía y afecto.

“Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo” no es solo un libro de poemas; es un artefacto cultural que invita a releer nuestras tradiciones lúdicas, una nueva luz, a encontrar el drama en la esquina de la fiesta y la poesía en el cruce de calles donde pasan, simultáneamente, la infancia y el deseo.

El libro tiene un texto de José Emilio Tallarico a modo de epílogo: “El tranvía en cuestión”. Transcribo a continuación un fragmento: “Voces diversas (¿vocinglerío?), fragmentos que deben haber quedado entre los rieles del tranvía en cuestión, ese al que Blanche subió huyendo de sus fantasmas para terminar en un hospicio.

Que te pise un deseo: no sé si es mi deseo. Si tal deseo arrolla, “descuajeringa”, se torna inmanejable, no sé si lo deseo.

Tantas veces nos ponen sobre aviso. Porque pueden hablar de la crueldad, del sufrimiento pequeño o no, de personajes verosímiles o no y, en todo caso, activar el desconcierto.

‘El Revagliastés’, poema que cierra el libro, acaso busque desconcertarnos también, erigiéndose en tamiz, en disyuntor de la violencia alcanzada, en suavizante del fragor que corona”.

 

“Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2024. 

Tuesday, October 21, 2025

"El compromiso en la literatura y otras instancias"

El escritor chileno-canadiense Jorge Etcheverry presenta


"El compromiso en la literatura y otras instancias" en la VII Feria Iberoamericana del Libro en Canadá.

https://www.youtube.com/watch?v=BibwrWg5Q3M

Wednesday, October 8, 2025

Mutaciones

 

Jorge Etcheverry Arcaya



A raíz de la presentación de mi libro Apocalipsis con amazonas y la publicación de Los herederos, que incluye clones y mutantes, me había entregado a relecturas y divagaciones. La literatura de CF y fantástica está llena de mutaciones.  Jack Williamson plantea dos versiones que impactan, en la novela Dragon‘s Island de 1951 y en Darker Than You Think 1948 . En ambas novelas las portadoras iniciales de la mutación son mujeres, cuyo carácter de semilla, donadora y decisora de la vida y progreso o cambio humano no es extraño por ejemplo a versiones de la literatura fantástica o iniciática, acordémonos por ejemplo de la Eva de El rostro verde de Gustav Meyrink, de 1916, donde también es esta heroína quien despierta el yo súper consciente e inmortal escondido en Fortunato, personaje que a veces flaquea, pero a quien la fortaleza de su pareja proporciona la entrada al mundo real. De alguna manera, este tema es una variante de uno que tiene un carácter mítico y atraviesa los sectores culturales humanos decisivos. También nos encontramos con la mutación, esta vez espiritual, y no de base genética, que imperará cuando el apocalipsis limpie la tierra de la antigua humanidad y dé a luz la nueva. Así, el “hombre nuevo”, que aparece por ejemplo en la visión mítica derivada del análisis estructural y superestructural marxista, aunque esta vez producto de la trasformación social, luego del apocalipsis—que lo es—del mundo burgués. Es interesante esta noción del apocalipsis no ligado ya a la supervivencia del género humano, sino al surgimiento de una nueva especie humana. Así, la mutación aparece en las novelas de Williamson es un cambio cualitativo de la especie humana, ya que tratándose de ciencia ficción más bien “dura”, se toman en cuenta las realidades científicamente establecidas de la evolución y la genética. En cambio, la versión de Meyrink en El rostro verde presenta una revolución espiritual y la marxista un cambio sociocultural radical ligado al desarrollo de las relaciones de producción, el proceso económico en general. Pero en todos los casos se nota el anhelo contemporáneo de un cambio y superación del hombre/mujer actuales y su paso a un estado superior. Pero como decíamos, en estas novelas, el vehículo e incluso el repositorio de este germen de una especie superior o de su reemplazo por otra, es la mujer. Lo mismo pasa en una novela de John Whydam Re-Birth, publicada primero en 1955, en que las mutaciones—caso bastante frecuente en la ciencia ficción de la época—son producto del apocalipsis nuclear y las que tienen rasgos positivos trans o post humanos son las menos, siendo en general las mutaciones defectuosas las que prevalecen. Pero por ejemplo, en este autor, cuya obra más conocida es el Día de los trífidos, las viables llegan a prevalecer. Hay otra versión de la mutación femenina, más similar a la mujer Sapiens, pero cuyo imperio es desbaratado por un héroe machista americano, en la novela de Jerry Sohl Las haploides, de 1953, en que el apocalipsis es en realidad un cambio de todas las instituciones humanas, en un proyecto de estas mutantes, que serían mujeres que se reproducen solo con su material genérico que llevan ellas. La base científica de la realidad de las haploides, es que en realidad la posibilidad de la reproducción humana con solo el material genético femenino es posible y se ha realizado en laboratorio. Así, la prescindencia del hombre en la reproducción es un fantasma posible que se asoma en el horizonte científico.