Jorge Etcheverry Arcaya
Que él nunca pensó
Que el español conversacional
Que había conseguido en Puerto Vallarta
Varadero y Puerto Plata
Y en un par de semestres en la universidad
Le iba a permitir leer
Los Antipoemas o los Artefactos
Este último librito comprado
En la Ciudad de México
Donde se tostaba
En una manta en la mitad del Zócalo
Segura de segunda mano
O una edición pirata
Horas después del 11 de septiembre
De mil novecientos setenta y tres
Honestamente me dijo,
No lo pude leer, Jorge
Y también me dijo
Que había tenido que esperar como 10 años
Antes de encontrar una traducción al inglés
Me
dijo que creía
Que habría podido ser capaz
De leer
Claro que más o menos
A Neruda o Paz
Con el español que sabía en ese entonces
O a Cardenal o a Roque Dalton
Ese poeta
Autor de un curioso libro
Pulgarcito
Y que murió
Tan joven
En una
escaramuza
Entre facciones en guerra
De la Extrema Izquierda
Pero no podría haber leído a alguien como Parra
Donde cada palabra esboza una sonrisa
Y tiene un doble significado
Como un travesti en las Ramblas
(Ha viajado mucho
Le encantan las imágenes cosmopolitas)
Una frase cruza la página en blanco
Del libro o la pantalla
Y aparece esa cosita ingeniosa y breve
Que se ríe del mundo, de dios y del diablo
Y que de paso nos mete a nosotros en el baile
Y que Parra
Que en paz descanse
Llama un artefacto
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