Jorge Etcheverry
Recientemente se llevó a cabo la primera feria del libro latinoamericano en Ottawa, y me imagino que se trata de la primera en Canadá. Este evento cultural llevó el título de Primera Feria del libro Salvadoreño y Latinoamericano y fue organizado por ASCORCAN, la asociación de salvadoreños de la región de Ottawa, capital del país. La feria se desarrolló en el marco del festival de verano salvadoreño de este año. Esta exhibición y venta de libros combinada con recitales fue inaugurada por Laura Ávalos, joven salvadoreña nacida en Canadá, presidenta de ASCORCAN y licenciada en Desarrollo Internacional, que además condujo este evento con mano de seda pero con cronómetro. En las palabras iniciales que me pidieron decir, como poeta antiimperialista y embajador en Canadá de Poetas del Mundo, mencioné a otra feria en Roma hace unos años, que formaba parte del Incontro Internazionale di Roma; un Altro Mondo è Posssibile, porque allí estuvimos detrás de una mesa con Julio Torres-Recinos, poeta y narrador salvadoreño, coautor de la antología Retrato de una nube, de narradores de habla hispana en Canadá. Él no pudo llegar a Ottawa desde la remota Saskatoon, donde enseña, pero que nos hizo llegar sus libros.
Comparé el contexto de ambos eventos y remarqué el carácter pionero de esta iniciativa salvadoreña de Ottawa a nivel cultural, comunitario y porque no decirlo político. En esta feria, además de las tradicionales y ortodoxas mesas de exposición, hubo lecturas que congregaron a poetas y narradores que viven en Canadá provenientes de diversos países latinoamericanos, como Ramón de Elía, de Argentina, cuentista, poeta y realizador cinematográfico, ganador en 2004 del concurso Nuestra Palabra; Ramón Sepúlveda San Martín, chileno, uno de los fundadores de Ediciones Cordillera, publicado en Canadá, República Dominicana, México, Estados Unidos y Chile. Un hecho interesante que hay que señalar fue la abundante presencia de autores de Montreal, que testimonia el desarrollo de la cultura hispánica en la ciudad. Aparte de Ramón de Elia, nos visitó Lady Rojas Benavente, catedrática peruana de literatura y estudios culturales hispanoamericanos, que presentó su último libro de poemas bilingue Étoile d’eau/ Estrella de agua, de 2006. De allá vino también Yolanda Duque Vidal, de Chile, con 5 libros de poemas publicados, ganadora del Primer Premio Dra. Fanny León Cordero en Quito, Ecuador, y editora de la editorial Alondras. El último montrealense fue David Castro Rubio, también de Chile, poeta bilingüe, antologado en EEUU, Canadá, Inglaterra y Perú y autor del libro de poemas, CLEO, publicado en 2003.
La literatura chilena en Canadá ha visto en años recientes el surgimiento de una nueva oleada de escritoras. Gabriela Etcheverry, prosista y crítica chilena, promotora cultural y cofundadora con Ramón Sepúlveda, de la Red Cultural Hispánica, es autora de la novela Latitudes, y en esta ocasión leyó el cuento ganador del primer premio en el ya mencionado concurso de cuentos en español Nuestra Palabra, versión 2008, que se convoca todos los años en Canadá. Otra narradora chilena de Ottawa, ganadora del segundo premio en 2006 y de una Mención Honrosa en 2007, es Anita Junge-Hammersley, publicada en la antología Canto para un prisionero, de la Editorial Poetas Antiimperialistas de América, y que en esta ocasión leyó una de sus narraciones de Retrato de Una Nube. Hubo varios autores salvadoreños, Julio Torres-Recinos, ya mencionado, el narrador Oscar A. Tobar y Paul Fortis, poeta y narrador, que no pudieron estar presentes, pero que nos hicieron llegar sus saludos y sus libros: Desnudos en el parque, de Paul, las Crónicas de Barahona, Cien años de humor, pasión y violencia, última obra de Oscar y Fronteras y Hojas de aire, los dos últimos poemarios de Julio.. Quien sí estuvo presente fue el narrador Jesús Aníbal Ávalos, que guarda y transmite con maestría las consejas de su pueblo natal en La historia del mundo y el éxodo de los inocentes. Otro narrador que se hizo presente fue el colombiano Luis Molina Lora, compilador con Torres-Recinos, de ese Retrato de una nube. Primera antología del cuento hispano-canadiense, un libro recientemente publicado que es un hito de la literatura en español en Canadá. También proviene de Colombia Antonio Aragón, escritor, periodista y educador, autor de Loa a la aflicción o de la muerte de una poetisa, publicada en España y ganador del premio Psyco Tau de Novela con su novela Humanum. Antonio anunció al presentar su lectura que su tercera novela, en preparación, será en inglés. Lou Reeves fue el único lector anglófono de la feria, aunque este poeta nativo de Ottawa puede rastrear sus orígenes hasta una madre mexicana. La presentación que nos entregó el conocido intérprete y poeta guatemalteco Tito Medina versó sobre la equivalencia que hizo del calendario maya al calendario gregoriano, que ya lleva cuatro ediciones en Guatemala y que lo ha hecho merecedor a un título honorífico en antropología.
La intervención de Carlos Pérez, poeta venezolano bilingüe, fue doble, ya que además de leernos de su libro en inglés Cañaverales, condujo una mesa redonda centrada en el tema de la formación en Ottawa de un colectivo bolivariano de artistas y activistas culturales, iniciativa que fue acogida con gran entusiasmo. Lo que permite distinguir a esta feria de las que se realizan habitualmente en Canadá fue la adición de elementos como la música, entregada por la intérprete venezolana Nubia Cermeño, conocida como la voz latinoamericana de Ottawa, por el joven intérprete quebecoise Sebastián Lemay y por el magistral grupo de Soul Jazz Latino compuesto por Balán, Raymundo y Salomón. También estuvieron presentes en esta feria del libro las artes visuales, a través de la obra de los artistas Diego Parada y Víctor Fuentes, salvadoreños; Dinorah Catzalco y Adelina, mexicanas y la autora chilena Anita Junge. La disposición de los espacios de este evento dio la posibilidad de que, mientras autores y artistas ocupaban el podio al frente de una audiencia que escuchaba sentada en sus butacas y flanquados por las pinturas colocadas en atriles, otro público podía recorrer las mesas y hablar con los autores que alli exponían su obra, como los ya mencionados Jesús Aníbal Ávalos, Lady Rojas Benavente, Carlos Pérez, Ramón de Elia, que expuso The Apostles Review, revista de prosa que pese a su título publica principalmente a autores neocanadienses de la cuenca del plata, según algunos, y por tradición la mejor prosa de América Latina. También expusieron sus libros Yolanda Duque Vidal, Luis Molina Lora y el autor de esta nota.
La revista Mapalé mostró, junto a los cuatro números de su revista, excelentemente producidos, los libros de la narradora chilena Camila Reimers y los del autor húngaro-argentino Pablo Urbanyi, que llegó a firmar su último libro. Mapalé hizo además una muestra fotografica de lo que fue esta feria, que se puede ver en http://www.artemapale.com/FeriaDelLibroOttawa2008 La nueva revista Visión Latina, iniciativa de periodistas salvadoreños locales y cuya presencia hacía falta, se hizo ver junto a la editorial Split/quotation-La cita trunca, que ha publicado a bastantes autores latino-canadienses, entre ellos a Claudio Durán, que pese a estar en el programa no pudo asistir desde Toronto a leer de su libro La infancia y los exilios/Childhood and Exile. También estuvo en una mesa el Taller Cultural El Dorado, con variados volúmenes, entre ellos los libros de Luciano Díaz The Thin Man and Me y de Arturo Lazo Soledad y Olvido/Solitude and Oblivion. Además, esta mesa expuso los libros de aquellos autores que no pudieron asistir. ASCORCAN y SalvAide, esta última una ONG canadiense que apoya proyectos en El Salvador, tuvieron también sus respectivas mesas, y es simbólico que haya estado allí presente con una mesa el autor Rob Mclennan, ya que este reconocido poeta canadiense es el pionero en Ottawa de las ferias trimestrales de editoriales pequeñas y el gestor de iniciativas de contacto y comunicación virtual de estas editoriales a nivel de todo el país.
Si tuviera que decir qué hizo especial a esta feria, la primera en su género, junto a los elementos anteriores ya mencionados de la plástica, la lectura y la música, tendría que mencionar la presencia de la cocina salvadoreña y de la regada recepción bailable del final, que se inició tan pronto como Ana Gladis Méndez entregó sus palabras de cierre del evento, en las que estableció la conexión entre la cultura latina en Canadá, en gran parte de origen exilado, con los procesos de cambio por los que atraviesa América Latina y con la inminente elección en El Salvador, que puede agregar a Mauricio Funes al creciente número de mandatarios de regímenes progresistas en el continente americano. De hecho, alguien pasó por las mesas y se acercó a los autores incluidos en Retrato de una nube, para que firmaran dos libros, uno para ser enviado al presidenciable Mauricio Funes y otro al candidato a vicepresidente Salvador Sánchez Cerén
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