Wednesday, September 16, 2020

El Libro de las Grandes Calamidades Por Venir

Jorge Etcheverry

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En un sector como en el que vivo

de profesionales y gente de clase media más o menos culta

un barrio que bordea canales, lleno de áreas verdes

mucha gente con gran educación cívica como se estila por aquí a veces

en Canadá—pero  me han dicho que eso vale también para algunos países en Europa—

Y no es que uno ande diciendo que Canadá sea un país socialista ni mucho menos

pero mire, para ejemplo un botón

una candidata a presidenta del Partido Conservador que perdió por poco en une elección muy reñida

es una señora hija de padres jamaicanos.  Y por otro lado los liberales que no tienen nada mucho de socialdemócratas, que yo sepa, y que son el actual gobierno del país

tienen como el punto político principal de su agenda legislar un ingreso mínimo garantizado

para todos los ciudadanos canadienses. Pero para variar otra vez me estoy yendo por las ramas. Lo que pasa

es que estaba parado en la vereda esperando a mi compañera y se me acercó una mujer de rasgos angulosos y edad indefinida

me dice que me conoce de vista de hace años que me ubica y que decidió hacerme llegar La Palabra

yo le dije que era ateo

que originalmente yo venía de una organización ya inexistente que estaba a la izquierda del Partido Comunista

que ni siquiera había votado por Allende en el 70 porque era partidario de la Vía Armada y que la primera vez que había votado había sido en las parlamentarias 1973 y por Alberto Bachelet, que fue el padre de la presidenta posterior con el mismo apellido

le mencioné que a pesar de ser ateo le tenía mucho respeto a la moral cristiana, me fui de lengua, le hablé un poco de los curas por el socialismo, la teología de la liberación, el Movimiento Camilo Torres, de mi ya lejana juventud

llegado que hube a la famosa cita sobre el paso de un camello por el ojo de la aguja me dijo que en arameo no es un camello el que atraviesa el ojo de la aguja sino una hebra gruesa, entonces no es tan cierto esos de que los ricos no puedan entrar al Reino de los Cielos

El cielo se arremolinaba en nubes, yo esperaba—quería—una tormenta violenta y súbita de las que hay por aquí sobre todo en verano. Se oían los primeros truenos.

y me distraje  un poco. Y ella me estaba diciendo con ojos brillantes y ahora en inglés que desde su nuevo nacimiento su relación con Dios era personal,

“claro pues”, le contesté, “igual pensaban los nenes del comienzo del capitalismo que no le querían dar cuenta a nadie de lo que ganaban y así se agarraron de Calvino y Lutero y se armaron paraísos fiscales en la Isla del Espíritu”

ella me enrostró mi orgullo, “sea humilde, humíllese ante el creador”

me quería hacer elegir entre Dios y el Diablo “Mire lo que está pasando en California, que se está quemando entera

mire Jorge., ¿quiere usté también estarse quemando por toda la eternidad”,

Entonces pude ver brillando en el fondo de sus pupilas la verdadera oferta, el arma definitiva, el ofertorio, la venta del miedo. Pensé

Si hay Dios, aunque no creo. Si hay acabo de mundo, en lo que creo pero no en términos trascendentales, pero pongamos por caso

Es seguro que todos ellos se van a encontrar de los primeritos en el infierno con sus hermanos y acólitos de creencias parecidas en sus efectos y en su prédica de la tortura y el terror

de la humillación, la aceptación del amo y el abandono de sí como virtudes

entonces algunos de entre ellos quizás se van a golpear el pecho, se van a decir

“Señor, Señor, porqué nos has abandonado”.

1 comment:

  1. Me encantó esta entrada, Jorge. Me oxigenó. No soy de escribir comentarios ya que sólo produzco balbuceos, pero, bueno, hoy me lo he permitido. Un abrazo.

    Rolando

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