Thursday, October 29, 2020

Escritura y ego

 Jorge Etcheverry

Un aspecto relacionado con la democracia es, por supuesto, la cultura, que, si se pasa a concebir como opuesta o ajena a la naturaleza—natura versus cultura— por razones lógicas, vendría a ser equivalente de la muerte. Pero no nos salgamos del tema. Uno puede afirmar que en cualquier país, e incluso en éste, debe haber entre 3000 a 4000 poetas vivitos y coleando, y este número es una estimación muy cauta, conservadora. He leído por ahí que en un año determinado—no me acuerdo exactamente—se habían publicado unos 40.000 libros. Yo estaba hablando el otro día con un amigo poeta chileno, que vive aquí desde hace décadas y que casi se considera escritor profesional, aunque no mucho, a pesar de tener una cierta cantidad de seguidores en el Glebe, sector donde reside. Se trata de un barrio que en algún momento fue más bien artístico, de estudiantes, artistas y gente más o menos marginal o progresista y ahora es un sector casi opulento, de sofisticado comercio, habitado principalmente por una clase media acomodada de esta capital nacional de Canadá, Ottawa, pero que siéndolo, no es para nada una de las ciudades más grandes del país. Bueno, cuando le mencioné a él estas cifras, casi se tambaleó, y mirando alrededor como si buscara un punto de apoyo me dijo en inglés (por supuesto que con su fuerte acento):..." En mi generación, a la que yo pertenezco, eso es, la de los tipos y las chiquillas de fines de los de los años sesenta del siglo pasado, había  alrededor de 40 poetas reconocidos y eso ya era demasiado." Y como él no es una persona dotada de muchas gracias sociales, y por eso se lo pasa solo la mayor parte del tiempo, a pesar de que le gusta, como a todo buen latinoamericano, la gente y la conversación, siguió alargando su intervención..."en una antología del cuento contemporáneo chileno--en la que dicho sea de paso yo estoy representado, a pesar de que yo soy básicamente poeta--", continuó con un tono bastante seco y un poco pedante " y eso que va de l973 a l983, hay sólo 33 narradores....". Tragó saliva, tosió con tos de fumador, se aclaró la garganta antes de continuar. Y entonces fue que yo me acordé de que tenía una cita en el banco, sorbí apresuradamente el resto de mi café y salí del restaurante después de pagarle ambas cuentas a la camarera, ya que mi amigo parece andar un poco corto de fondos en estos días.



Friday, October 23, 2020


 

Y

Jorge Etcheverry

(Publicado en el N.28 de "La Ignorancia")

Uno podría decir que parece que el surrealismo tiene de todo— se suelta la melena despliega su capa y se desplaza a lo largo y ancho de las bibliotecas, historias literarias, academias y recibe las unciones máximas mundiales de la institución literaria, la historia cultural—y ya no tan solo en el Occidente

 lo que pasa es que el indiscutible y diversamente cartografiado mapa del inconsciente permitió que se desplegara a la luz pública desde fines del siglo XIX y todo el XX esa entidad oculta pero determinante, esa suerte de Ctulhu de la mente humana individual y colectiva y quizás no solo de ella

 se paseó y se pasea revestido ya sea del ropaje del pansexualismo, del poder o se hace manifiesto en el elenco arquetípico de actores que parece que dirigieran a la postre toda nuestra historia, nuestros avatares personales—que en tanto encarnaciones o concretizaciones suyas le dan a nuestros actos, nuestra existencia individual una mayor grandeza y trascendencia

 qué país o nación o tribu que escribe sus historia o la transmite en forma oral, o se escudriña a sí mismo, no encontrará si se lo propone a estos mismos arquetipos que en este mismo momento están moldeando su mitología, la erección de sus efigies y murales, la trayectoria que inscriben en su memoria y mente colectiva sus líderes pasados presentes—y quién te dice futuros

los avatares de sus guerras, sus derrotas y esclavitudes, sus culminaciones imperiales si las hubiera

 Esas figuras apenas entrevistas esbozan sus actuaciones y semblanzas en cada caso personal a nivel macro agregativo de miles de millones de seres humanos

eso sin desmerecer esas otras dos esferas de la actividad, concepción y creatividad/destructividad humanas y que entran de la mano de Freud y Adler y que en la tarde salen a darse una vuelta festoneando a Jung por esas calles crepusculares

 “Bueno, mi amigo, parece que se me está alejando un poco del tema. Por otro lado hay otras cosas y no se trata solo de esa pura mecánica que se trasparenta o brota del inconsciente, o la mente in toto. También tienen un gran papel respecto a este tema que nos preocupa el azar, la juxtaposición, el encuentro casual ese de la máquina de coser y el paraguas en una mesa de disección. Además que, mira, está toda esa disposición a abrirse a lo posible o probable, pero también lo ignoto, lo casual, cosa que cualquiera puede notar con un poquito de atención

no se limita a sumergirse en mares profundos, cazar monstruos ignotos en las lavas de los volcanes de la mente. Más fructífera que toda cosa programática o de manifiestos, que por otro lado no están nada de mal, es esa conjunción de elementos lejanos e improbables, todo eso es a la postre tan valioso como ese estado de fluidez, esa expectativa de la mutación súbita a que acostumbra al ojo el surrealismo”

 justificamos la expresión del vate americano, más precisamente chileno, cuando llevado y quizás de alguna manera transformado por la tormenta surreal que cruza el océano y llega un poco distorsionada y quizás atenuada al otro continente

 hace equivaler en un poema el asustar a un notario con un lirio cortado o matar a una monja con un golpe de oreja

 tomémoslo como ejemplo de este movimiento que como vemos, obviamente abstrae o incluso elimina la distancia que separa y opone a las distintas categorías ónticas y axiológicas

 ese es el privilegio del poeta—no de ahora, parece—no de todos, pero posible en el territorio alternativo de la poesía

 que se agranda ensancha y profundiza desde el surrealismo y se puebla de todo tipo de creaturas anfibológicas mixtas

 o de carácter y apariencia incierta

 pájaros innominados que se despliegan sobre vastas ciudades

 sirenas que cantan pero que no se dejan ver

 astros de variadas formas y luminosidad diversa

 que hacen madurar en extrañas habitaciones la fauna de la Carrington

 y literalizan en el lienzo daliano un chest of drawers.


 


Wednesday, October 14, 2020

Nota sobre TÁNGER

 

TÁNGER, Jorge Etcheverry, Ediciones Documentas/Ediciones Cordillera, Santiago-Ottawa, 1990,105 pp. NAÍN N0MEZ

Tánger es un poemario que consta de los largos textos: Tanger y La bruja. Aquí nos ocuparemos sólo del primero por motivos de espacio. Ciertos caminos y obsesiones del autor aparecen reiterados, pero de manera mucho más fragmentada que en sus otros libros, El evacionista y La calle. Esto se debe a la funcionalidad movible y a la dispersión textual enfatizada por la falta de marcas separatorias entre un "poema" y otro (Título, número u otros límites). ¿Qué nos presenta Tánger?. Se nos muestra como el escenario de un abigarrado mundo por el cual pululan ciudades exóticas, puertos, pájaros y en cuyo desplazamiento interviene un narrador que de vez en cuando marca su presencia con disquisiciones y reflexiones, como un cronista sentencioso. Las apariciones plásticas y de un cierto tinte pictórico de los escenarios, son reconversiones de esta especie de viaje onírico que emprende el narrador (o los narradores), para situar una experiencia con el mundo, aparentemente exógena (Tánger, lo exótico, los puertos), pero que interpela directamente (con ironía) a un cierto vacío de ser y de estar en el mundo: "Seamos pues como esas gaviotas, rompamos el cristal del aire con nuestros gritos agudos. Seamos pues como esas gaviotas, abarquemos todos esos espacios, al sobrevolar (que lo hacemos) los techos de las instalaciones y casas de los puertos.".

 Este desplazamiento le sirve al narrador (individual o colectivo, hombre o mujer, joven o viejo), para movilizar su voz espacial y temporalmente, trabajando diferentes ejes lingüísticos: Interpelación, apelación, descripción, afección, profetización. Dos elementos le sirven a Etcheverry para recomponer estas piezas sueltas y crear un mundo movible que se diluye y reencuentra permanentemente: la enfatización y reiteración de ciertas imágenes que van fijando la dirección del mundo exterior y el doble carácter del hablante vuelto irónicamente hacia sí mismo o volcado sentenciosamente sobre la realidad del mundo externo. El primer elemento se asienta sobre un gozne abierto hacia lo otro, el plano puramente sensorial: aves, graznidos, puertos, aduanas, playas, montañas, rocas, mareas, etc. El segundo está hecho de disquisiciones y apuntaciones del narrador, tales como: A eso volveremos más adelante, I esto nos enfrenta a un serio problema humano. “Aquí también se trata de tocar lo que les importa a Uds” “Este es el sentido de este canto”, “hablo de cosas lejanas”.

El hablante señala que a pesar de no pertenecer a esta especie, el papel de cronista o fotógrafo me depara un lugar en esta sociedad y este papel es el que asume alejando los hechos que se recubren de una pátina onírica y distanciada. Tánger se hace así, un rompecabezas cuyas piezas sólo encajan de una  manera marginal, casi encubierta: “Sólo podemos tocar el ángulo de las cosas con este rápido lenguaje”.

Puro pretexto de una búsqueda que aleja lo próximo para mostrar la huella de su imperfección, de su contradictoria nemotecnia de montaje. Desdoblamiento, fragmentación, ilusión de avance y retroceso. Contradictoria afirmación y negación del yo, del otro y de la realidad que sostenemos: “Hay ciertas cosas que no pueden hacerse sin decirse en el mundo de todos los días, sobre todo en un país como éste. Me parece que me imagino a esa niña, sólida y muy alta, desnuda en las mañanas como una ballena varada en la arena de las sábanas, o de pie, la piel naranja y el pelo y vello rojizos, como otra (y definitiva) estatua de la libertad. Es por eso que siempre trato de mantenerte alejado de mis mujeres”.

Obra interesante la de Etcheverry, tanto por sus búsquedas formales y temáticas, como por su buceo en las motivaciones primarias del inconsciente, desde donde afloran nuestros deseos y anhelos más auténticos y también más reprimidos.

La poesía de Claudia Ainchil

  Luis Benítez   La poeta, escritora y periodista argentina Claudia Ainchil nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.  Libros de poesía p...