Jorge Etcheverry
En la variedad está el gusto
Todas la comida por los Cuatro Costados del Mundo
Genera versiones locales según sean los recursos la naturaleza la
tradición el nivel económico
Entonces no se trata de gusto sino de necesidad
La empanada la somosa hindú el pierogí polaco son tantas otras réplicas
de la misma idea básica:
Una envoltura de masa frita horneada o cocida rellena con algo.
Por ejemplo pude ver en Roma que la trippa
alla romana es lo mismo que en Madrid los Callos a la madrileña y en Chile las
guatitas el mondongo en Colombia.
En Chile hasta donde yo sé se
conserva la carne con sal, no es para menos con esa tremenda costa, en América del Norte
el charqui (Jerky) que hacen es más bien dulzón, por lo menos por donde vivo yo.
Y qué me dicen de todas esas
variaciones de que hablábamos
Dictadas por las necesidades
del lugar de que se trate, de la gente de que se trate.
Ahí tenemos otra vez como
ejemplo a la cazuela criolla, la cassoulet francesa, la olla podrida española, más
o menos el mismo principio aunque los ingredientes cambien.
En el fondo se mete en la
olla lo que sea, lo que haya, lo que nos sobre, lo que podamos conseguir, desde
los restos a medio podrir hasta las presas compradas en las carnicerías o
pescaderías de lujo.
El Bouillabaisse francés no
es más que una simple sopa de pescado.
En fin quiero hacer un
paréntesis para decir que hay muchos artistas o escritores que le pegan a la
cocina, no me sorprende, en el curso de las décadas me ha tocado conocer a varios.
El conejo escabechado de
Raúl Ruiz que iba con champaña, las empanadas del Leutén Rojas, un cineasta
chileno que vive por acá y que creo que si se digna hacerlas serían las mejores
que hay en la ciudad.
Una cazuela o puchero o charquicán
en el departamento de José María Memet a comienzos de los 2000, creo que en el
2003. Manuel Jofré que en paz descanse hacía un pollo asado al que le sacaba
todos huesos, les juro, el Urbina tenía toda una biblioteca gastronómica
invitaba gente y uno tenía que conversar con él en la cocina mientras guisaba.
Los seres vivos revolotean, surcan las praderas que quedan, se escurren
por los bosques y se tapan con el agua de los mares y los ríos
Ante nuestra voracidad y no es que seamos ajenos a su tragedia
En mi caso personal y entre los platos que he tenido que cocinar no tan
sólo para ocasiones sociales, culturales y políticas—llevo décadas cocinando y
cocinándome—está la multifacética paella
Hay un abanico o calidoscopio de recetas para todos los gustos por todos
lados, muchos dicen que su receta es la ortodoxa, la original, la verdadera.
Yo corto pollo en cuadritos, un poco de chancho, lo mismo, chorizo, por
supuesto los mariscos los moluscos, hiervo los choritos, sino se abren los echo
a la basura porque quiere decir que están muertos—a muchos les gusta hacer una paella
en la que ponen los choros con su concha, a mí no, aunque así se pierde bastante
en la presentación
Pongo las verduras picaditas, zanahoria, pimentón, por supuesto ajo y
cebolla en el fondo de la olla y las frío un poco después les agrego el arroz y
el agua hirviendo.
Mientras frío un poco el chancho y el pollo en otras sartenes o pailas y
con diferentes aliños, infaltable el comino para el chancho, el cilantro en
general. A los camarones los pelo antes de freírlos también un poco, hago un caldillo
concentrado con sus cáscaras y cabezas y después se lo echo al arroz.
Depende del chorizo que sea le saco la grasa un poco en una sartén sin
aceite—los calamares en tiras, los ostiones y otros mariscos se fríen un poco
también con su correspondiente aliño.
A todo esto.
El arroz bulle, entonces empiezo a echar a la olla todos los componentes
y un poco de vino blanco, un poco de ají, orégano, hojas de laurel, o azafrán,
curry, salsa de soya, depende de para dónde quiero ir con el guiso.
Dejo que todo se vaya cociendo a fuego bajito hasta que el agua se
consume, el cálculo del agua lo hago al ojo, como el de todo lo que ocupo y los
ingredientes, que se pueden sustituir, disminuir, lo mismo el aliño, siempre al
ojo.
La presentación no es mi fuerte, el resultado se ve como una masa de
color indistinto y cuando llevo esta paella a alguna parte les digo que no la recalienten
de más porque se seca, me ha pasado.
No he tenido últimamente ni creo que tenga la ocasión de cocinar esto
por razones atendibles, la pandemia, vivo solo, no es que esté tocando el
violín ni haciéndome la víctima.
Buen provecho
No comments:
Post a Comment