Jorge Etcheverry Arcaya
La niña de la ventana no sabe que existo que a veces me pongo a fumar en la noche bajo el farol—otro flaco ensombrerado salido de un tango—la niña de la ventana se desviste pausadamente frente al espejo—ahora la miro desde la ventana de mi buhardilla del frente casi pero un poco lejos porque la calle es muy ancha—pasan autos—en el día la ventana no refleja la luz el sol
Después de muchos días o unos pocos que se multiplican por la repetición y el hastío cruzo la calle para leer por fin una nota que puso alguien en la puerta de la casa donde vive en el tercer piso la niña de la ventana cuya silueta creo entrever aunque sea de día y no de noche desde mi propia ventana
Que es cuando la niña de la ventana deja que su silueta se recorte contra un rectángulo de luz celeste mientras me niego a corroborar el paso de las horas y desleo en mi memoria el aviso de venta de esa casa tapiada para espacio comercial y condominios
Con múltiples brillantes ventanas
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