Jorge Etcheverry
No habrá reparo no cobija, ni techo ni subterráneo que nos proteja de esas vastas plagas que--ojalá me equivoque—se abalanzarán más temprano que tarde sobre nuestras cabezas, nuestros campos y ciudades
Lo decimos desde la relatividad del tiempo, en los relojes y calendarios puede que se trate de décadas o a lo mejor de un par de siglos en una de éstas
Cosa que no quiere decir nada, es infinitesimal comparado no tan solo con el tiempo a escala universal cuya medición es ya cosa corriente para cualquier astrofísico que se respete—aquí y en la quebrada del ají
Si no incluso a nivel terrícola, desde aquí abajo estamos aplicando la única perspectiva que nos acomoda mirando hacia lo alto, el cosmos, las estrellas, que en general aparecen de noche
Ayer alguien me dijo por este mismo medio “parece mentira oye que te estés preocupando por este tipo de cosas con las cosas como están, con la pandemia, con la cosa política y social que nos afecta a todos”
A lo mejor es cierto y en estas reflexiones estamos buscando sacarle el cuerpo a la jeringa de lo que nos rodea
A lo mejor es una compensación inconsciente que tenemos “ven chiquillos, esto no es nada comparado con que va a venir”
Entonces nos tranquilizamos un poco, pero a lo mejor es una excusa para quedarse con los brazos cruzados y decir “para qué vamos a hacer nada, igual a todos nos va a llegar al pihuelo”
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