Jorge Etcheverry Arcaya
Miente el tango, diez años
es demasiado. Pero de alguna manera no miente el tango. Sin sentirse ni más
viejo ni más inteligente. Si esa niña me hablara (en francés seguramente) yo no
podría articular ni una palabra con sentido. A lo mejor me pondría colorado.
"Que febril la mirada". Y cómo era de verde el verde allá en Macul,
por esta misma fecha, que por allá es verano, y es mejor no acordarse. Si esta
mina me preguntara le empezarla a decir estas cosas, y que al Pedagógico le
decían Las Termas de Macul porque no parecía para nada universidad pero qué termas
ni ocho cuartos, como dicen los coños, que a partir del 65 (le diría) no había
año en que no levantáramos barricadas por lo menos dos, tres veces al año, ni
que nos agarráramos a coscachos en las asambleas unas diez veces por lo menos,
y eso sin contar el verano, de diciembre a marzo, que no nos las despistaban,
las vacations, como se dice por aquí. Pleno verano por allá, mijita (le diría),
como si no supiera que yo no le iba a entender nada si me hablaba en francés, y
a lo mejor me salía algo con ella, un brillo como se decía por allá abajo, y me
aguantaba que la invitara a un café en el terminal de buses y le diría que yo trabajo
en la universidad, que estas cosas tienen estatus por aquí, que por allá no
mucho, si cualquier empleado de banco ganaba más.
"Y porque salió de su
país",
y yo le diría claro, que por
lo del golpe, mijita, pero sintiendo un poco de verguenza porque, claro, yo me
podía haber quedado adentro, a lo mejor a vender peinetas o súper ocho, un caramelo
nuevo muy popular por allá abajo ahora dicen, pero quién dice que no me hubieran
agarrado, si a la Marujita, que no tenía nada que ver, la agarraron, además de
que uno por otro lado tenía familia. "Volveer, con la frente marchita, las
nieves del tiempo platearon mi sien”, así dice el tango, no creo que lo haya
oído mijita, no mucho eso del “platearon” en mi caso, que parece que uno se
conserva bien por estas latitudes, será por el frio, lo único que, aunque no
tanto como dice el tango, soy un poco (bastante) canosito, pero por lo menos
soy flaco que si fuera gordo, como Pacheco, o con tendencia a ser gordo, como el
Gustavo otro gallo cantaría. Pero una vez que uno pasa el primer año acá o se
mantiene medio en forma o se pone gordo como vaca, todo el invierno encuevado
sin poder salir, lo único que uno tenía que hacer cuando tenía tiempo y no
andaba trabajando por ahí al comienzo, limpiado pisos, haciendo camas, para qué
le digo, mijita (le diría) era como pensar, acordarse, pasarle revista a todas
las cosas, el barrio, la cordillera siempre visible, de nuestra ciudad allá
abajo.
"Mire, mijita, en mi país uno tiene la
cordillera a la vista todo el tiempo. Allí, en los faldeos cerquita de Santiago
está la mejor pista de esquí del mundo, ahí a veces hasta se llevan a cabo los
campeonatos internacionales"
Y uno que nunca ni siquiera se
asomó a Portillo, un resort de esquí, pero como aquí el esquí es cosa de todo
el mundo, como salir a trotar o a andar en bicicleta tan pronto se deshace el
hielo, y uno que ni siquiera se atreve a ponerse shorts. Es que a la postre la vida
aquí es bastante fácil, el coño Suarez dice que los chilenos somos todos como
una mafia, joder (aunque en realidad nos llevamos como perro y gato), que
miramos en menos a los españoles. Claro, como llegaron antes al país y están
apernados hasta que se mueran andan siempre saltones con los gallos nuevos, con
otras ideas. Y como no pude ir a la Conferencia esa de que le hablaba, quizás
qué andarán hablando por ahí ahora los otros. Y tan fachosos, como dueños y a
la hora de leer en los congresos salen con unos papers que llegan a dar
lástima, pero qué se le va hacer, mijita, que mejor esto, al menos uno hace
algo parecido a lo que hacía por allá, a la postre mejor que estar limpiando pisos
o trabajando de waiter como tantos otros, en realidad tuvimos suerte y eso que
ella, mi mujer, no se quería venir y ahora no se quiere volver al país ni por
nada.
Y claro, "Volver",
si todos queremos volver, pero a la hora de pisar de nuevo la loza de Los
Cerrillos (Almirante Merino que le dicen ahora), aunque sea de visita, y ver a
los tipos que te sacan fotos, no solo a uno, a todos los que vienen bajando del
avión hasta que alguien te dice que son para recuerdo, que no se preocupe, y si
uno quiere habla después con el hombre le compra las fotos, y después uno pasa
en el taxi por el centro y ve a los milicos con la metralleta en posición en
todas las esquinas y los pacos con perros paseándose y ese aire de la gente como
mirando sin ver cuando les pasan por el lado y uno quedándose en la casa de la
mamá o la tía etc., sin salir los primeros días, sin atreverse a llamar
siquiera por teléfono a los amigos de antes, para saber cómo está, cómo les ha
ido, y menos salir para afuera, como cuando uno está enfermo y empieza con las
salidas despacito, convaleciendo del alma, y todo lo que cuentan y saber que el
Peda, es decir el Instituto Pedagógico, ya no existe y está todo repartido y
los que trabajaban ahí antes y se quedaron andan todos cesantes, con problemas,
vendiendo súper ocho en las micros, cuando les fue bieny que cuando me encontré
con el Chano en la Plaza Italia casi me desmayé de la impresión y no me atreví.
a saludar, vaya uno a saber la situación del otro, porque yo le diría (mijita)
que todavía a veces tengo pesadillas de que tengo que irme a Canadá y se me
perdió el pasaporte, que me dicen que tengo que ir a investigaciones a sacarme
el papel de antecedentes, a. firmar otros papeles, a Impuestos Internos, y me
encuentro con Téllez en la calle y me cuenta lo de la Marujita y me pregunta que qué estoy haciendo yo todavía
por ahí dando vueltas, que me haga humo lo más luego que pueda.
Porque allá (mijita), la
gente no se anda con chiquitas, los autos no se quedan parados porque a un
viejito se le antojó cruzar por el medio de la calle, ni la gente hace colas
para tomar el bus .. Aquí la policía aparece muy ceremoniosa cuando se mete
boche después de las once de la noche. Pero allá cuando vinieron una vez que
varios amigos le hacían una fiesta a un amigo que venía llegando, él se arrancó
por la pandereta de atrás, aunque ya no había toque de queda ni nada, pero por
la fuerza de la costumbre, por lo que pasaba antes, y claro "Volver".
Por aquí todos dicen que vuelven, y quién no, pero uno como que se está
acostumbrando a las bibliotecas. todas esas revistas, los microfilmes, los
laboratorios de lenguas, el teatro ( que la gente ni ve), las conferencias, las
invitaciones a los congresos afuera, y la universidad que te puede pagar el
pasaje. Pero depende de los coños, que es así como les decimos en Chile
cariñosamente a los españoles. Y en realidad lo único que quieren los cabros
que toman los cursos de español es sacar luego su papelito y chao, además
que-no puedes ni siquiera rajarlos, sacarlos mal, porque para eso ellos, o los
papás, están pagando su platita, y fuera de las peleas en los departamentos de
lenguas romances o extranjeras y los cheese and wine no hay nada más que hacer,
si no es tratar (yo no, todavía no) de pegarse una semanita en Centro América
en Febrero, y ver si te dan un tenior, un senior (ni soñando), que te
prorroguen el contrato para no tener que estar pensando en que ganarse los
porotos en Septiembre. "Las nieves del tiempo plateando mi sien". Y
las canas que no me las despinta nadie, y nosotros no tenemos la costumbre de
andarnos tiñiendo, allá eso es cosa de maricones, gay, como les dicen por aquí,
mijita, (y parece que me está mirando, y parece que me roz6 con la rodilla,
pero con ese aire tan indiferente, y ahora se me puso. a mirar por la
ventanilla, y yo que en realidad no le pego a galán latino, ni le puedo hablar
del tiempo o el trabajo como los tipos por acá, ni menos en francés). -