Thursday, May 16, 2024

Desayuno boreal

 Jorge Etcheverry


Los desayunos que en otros países llaman americanos consisten en huevos, generalmente dos, pero que pueden ser tres o uno, papas fritas, tocino, salchichas o jamón fritos, a veces en alguna partes pueden ofrecer salame o porotos, las papas pueden estar amoldadas, a veces puede haber un par de torrejas de tomate, o de melón o unas uvas, lo que todavía y después de todos estos años aún repugna ligeramente a mi gastronómica latina conosurística que no ve muy bien esas mezclas de lo dulce con lo salado. La calidad de todos los ingredientes es variable, como el nivel de grasa. Se usa aceite fresco o ya casi quemado por las sucesivas fritangas. Las tostadas están bañadas en mantequilla líquida, en un sucedáneo, o enmantequilladas como en casa. Los huevos pueden estar fritos o revueltos, hay variaciones como los eggs benedict, con salsa holandesa, diversas omelettes, los así llamados combos con tres huevos, salchichas, jamón y tocino, el triunfante bisté con huevo que puede encaramarse tranquilamente por encima de los veinte dólares canadienses. Pero el verdadero tomador de desayuno es el tipo solitario de las seis-siete de la mañana, que consume lo más mínimo y barato, las tostadas, los huevos, mermelada de esa que viene en envase de cuadritos y cuyo mismo dulzor exagerado denota el abundante componente químico. Miento con eso de la hora, si así fuera no habría justificación para ofrecer desayuno, si no hay clientes no hay venta, no hace mucho cerraron cerca de aquí un Harveys (para los lectores de fuera de Norteamérica, se trata de una cadena de boliches nada de malos), porque su raleada clientela tempranera de camioneros, policías, una que otra prostituta, pensionados, enfermos mentales, no graves, ya que viven en algunas casas que se llaman half-way houses por aquí, y tipos como yo mismo, era muy escasa para justificar los desayunos. Es decir que en realidad, y dejando de lado el romanticismo, el desayuno se sirve todo el día en muchas partes, es variadísimo y de consumo bastante generalizado. Pero los que se levantan temprano, recorren las calles solos sabrán a qué me refiero, si me llegan a ver en una mesa en un boliche de segunda o de tercera, o en un MacDonald, a veces es lo único abierto a esa hora, con un plato lleno de elementos no fácilmente distinguibles para el transeúnte que mira desde fuera a través de la ventana, leyendo el diario o viendo su pantalla a la vez que come, o a lo mejor simplemente mirando al frente, pareciera que con un aire ajeno, a lo que lo rodea, al menos en parte. Pero lo importante de ese desayuno para cierto tipo de constituciones tiene que ver con el impacto en el metabolismo y en el tipo de vida psíquica que esa combinación alimenticia provoca a esa hora en ciertos sujetos.




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