Jorge Etcheverry
Un cuanto de luz& palabras. Ora la sombra ora la luz. La sombra habla buscando modos variados de expresión. La voz es lenguaje, tinieblas. Es la voz clamando en el desierto. La luz baja de arriba. Se refleja y refracta. Se levanta en cirios, da en cristales. Perdura en el fuego, las ampolletas eléctricas, el carbón de espino, los astros
llena todo de imágenes, se deja estar en las pupilas. Todo avance es avance en la luz, todo cambio mutación de los ojos. Toda evolución perspectivas diferentes en la luz. La luz está. La luz no necesita de palabrasNo existe al mismo tiempo luz y sombra. No existe el claroscuro. Se persiguen en forma alternativa. Un mundo de luz y lo que es luz. Un mundo de sombra y lo que es sombra.
Hay otros modos en la serie. Son contables, no con los dedos. Las voces, las introyecciones de los combatientes, los menesteres y las mitologías
No un rechazo; una frontera, no bien delimitada, en última instancia muy fácil de cruzar
en la misma poesía, en el terreno al cual pueda pertenecer—funciona de cierta manera, no del todo
Las relaciones mágicas que conectan los así llamado de los diversos textos, y se complican armando una red invisible que termina por contaminar el mundo positivo de los trabajadores
como el elemento irreal se impone con un tenor ascendente sobre la esmaltada perfección de los versos precedentes
A veces; Mira: es como ventanas que no hay en ninguna parte, pero situadas altas—porque siempre los dones y amenazas se colocan arriba. Arriba están los pájaros. Se siente un bullir—¿Voces? Un soplo caliente desciende sobre la ciudad, imanta los objetos
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